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El plan del Gobierno es diversificar su oferta de bienes y servicios enfocándose en algunos sectores, corrigiendo la demora en trámites aduaneros y procedimientos como las revisiones antinarcóticos, además de reducir costos arancelarios.
"Queremos llegar al 2018 con US$30.000 millones (anuales) de exportaciones no minero energéticas, como agricultura, manufactura y servicios incluido el turismo", dijo Álvarez en una entrevista con Reuters el martes en la noche. "No queremos tener una regadera de productos, hay que enfocarse".
Sólo el petróleo y el carbón representaron poco más del 65% de los casi US$54.800 millones que recibió el año pasado la cuarta mayor economía de América Latina por exportaciones.
De ese monto total, unos US$14.000 millones vinieron de productos no tradicionales, o sea las exportaciones que no son de crudo y sus derivados, carbón, café y ferroníquel.
El plan gubernamental viene complementado por un programa de infraestructura vial de US$20.000 millones para construir carreteras de doble carril, uno de los reclamos de los empresarios para trasladar sus mercancías hasta los puertos más rápidamente.
"Estamos identificando cuellos de botella, qué es lo que genera valor agregado, qué es lo que se encadena a los mercados globalmente hablando", dijo Álvarez, admitiendo que el país demoró la diversificación por enfocarse en los hidrocarburos.
"Uno se relaja cuando está ganando plata y no ve necesidad de hacer otra cosa, y uno como ser humano tiende al menor esfuerzo y las crisis son las que hay que aprovechar", señaló.
Menos proteccionismo
Álvarez resaltó el turismo como uno de los sectores con mayor potencial. Los inversionistas extranjeros mantienen sus ojos en él y solo durante el año pasado generó US$5.000 millones, el doble de las exportaciones de café.
La ministra admitió que algunos sectores industriales que antes exportaban han sido afectados por medidas proteccionistas del Gobierno, que otorgó subsidios y elevó algunos aranceles para contrarrestar la competencia internacional.
"Tenemos que hacer un análisis de los aranceles para que la protección no se vuelva una falta de interés de exportar", afirmó. "Los subsidios no son malos siempre y cuando no sean eternos y no vuelvan a la industria perezosa".
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