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¿Cuándo comenzó a cultivar quinua?
Hace cinco años compramos la finca sembrada en tomate de árbol, dos años después lo cambiamos por una hectárea de quinua. Fuimos muy autodidactas, comenzamos haciendo ensayos y con el apoyo de Factoría Quinoa. Llevamos cuatro ciclos de siembra y en nuestro último ensayo tuvimos rentabilidad, antes perdimos por problemas en la siembra, cosecha o poscosecha.
¿En qué invierten?
El año pasado importamos nuestra propia trilladora de Brasil, hicimos otras adecuaciones en infraestructura y trajimos un ingeniero de Ecuador.
¿Dónde obtuvieron la semilla?
La semilla inicial viene de Nariño, antes era de todos los colores porque había muchas variedades mezcladas, hoy nos enfocamos en quinua tuncahuan (blanca dulce, la más demandada por el mercado), purificada en un 90%, la fuimos clasificando de nuestra propia cosecha.
¿A quién le venden?
Empezamos con Factoría, pero con el tiempo buscamos expandirnos a otros mercados para no depender de un solo cliente.
¿Cuál es el secreto de su quinua?
Nuestra quinua tiene un factor diferenciador porque se hace de forma orgánica. De hecho, nuestra próxima cosecha, en diciembre, ya saldrá con esa certificación para lograr un mejor precio y apuntar a un nicho de mercado diferente a los que se provisionan usualmente.
¿Cuánto invierte y cuánto recoge?
La inversión es de $3 a $4,5 millones por hectárea, se obtienen hasta cuatro toneladas por cada área de este tamaño y el precio de venta oscila entre $4.000 y $6.000 por kilo. Esos resultados depende de un manejo técnico apropiado
¿Y el mayor reto?
El punto más crítico de la cosecha es que como tiene un alto nivel de proteína cuando la quinua está lista para recogerla si llega a llover el grano se germina.