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La política económica del presidente Juan Manuel Santos se raja con el profesor José Antonio Ocampo. Mientras la de paz pasaría el año con buenas calificaciones, en materia económica el otrora ministro de Hacienda tiene serias dudas, pero cree que el país está a tiempo de corregir su rumbo.
No hay una sola respuesta para pasar el difícil examen. Para Ocampo se trata de aprovechar la actual economía internacional con el fin de poner la tasa de cambio en un nivel competitivo.
En Inside LR, el economista más influyente entre los economistas, presentó un diagnóstico desolador de la industria colombiana. El problema: “la indigestión de Tratados de Libre Comercio (TLC) que tiene el país y que va a terminar de destruir el aparato productivo colombiano”.
Ya van tres trimestres de caídas en el crecimiento de la producción industrial, una recesión indiscutible y el peor episodio de 30 años de desindustrialización, según Ocampo. Todo esto mezcla de tres factores: la revaluación del peso, la política de comercio exterior y la falta de una política industrial.
Duras críticas hizo Ocampo a los hacedores de las políticas del Gobierno Santos. Por ejemplo, lanzó dardos contra el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Sergio Díaz-Granados, por el manejo de la política industrial como una “agenda secundaria” y “sin dientes” y lo invitó a ponerle freno a ese “frenesí que pareciera tener el Ministro para firmar TLC”. La invitación a hacer debate público sobre los impactos de los acuerdos se la extendió al Congreso. La crítica la hizo a la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), de la que dijo que “parece que dejó de ser industrial” y se pregunto qué debates ha planteado sobre los TLC. “¿Hay alguna posición importante de la Andi sobre esta materia?”.
El economista incluso agradeció a la Reserva Federal de los Estados Unidos por los efectos de corrección de la revaluación que han tenido sus anuncios, “ya que el Gobierno y el Banco de la República han hecho tan poco por corregirla”. Y ante los planes del Gobierno de pertenecer a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), el club de las buenas prácticas, afirmó que si Colombia quiere ser líder de la región, estaría cometiendo un error al ser miembro de ella. Aunque es costumbre publicar las entrevistas del Inside, LR decidió esta vez abrirle espacio a los hacedores de las políticas para que dieran sus respuestas a las opiniones de Ocampo, el economista más influyente del país, según una encuesta realizada por este diario.
Entrevista Ocampo
El Gobierno cree fundamental la invitación de la Ocde a Colombia para ser parte de este codiciado club. ¿Qué tan importante lo cree usted para el país?
La Ocde es una organización muy importante en el mundo, tiene un mecanismo de revisión de pares que es único en el mundo; sin embargo, a mí juicio, no es prioritario para un país como Colombia ser miembro de la Ocde. Si uno es un país europeo es natural ser miembro de la Ocde. Pero para un país latinoamericano, la prioridad es la región. Más aún ser miembro de la Ocde será visto como el resto de los países vecinos como una señal de que Colombia quiere ostentar de ser mejor familia, cuando es nuestro barrio. Yo creo que es un error. México que fue el primer país que se unió a la Ocde y firmó el TLC con Estados Undiso, el resultado es que perdió todo su liderazgo en América Latina. Lo ven más como parte de otro grupo del Norte, y Chile está un poco en el mismo problema. Brasil tiene una política consistente de no ser miembro de la Ocde. Colombia tiene realmente una posibilidad de comenzar a ser un líder más atractivo. Si uno quiere ser líder de esta región no es buena decisión ser miembro de la Ocde. No ser miembro de la Ocde no significa que uno no se puede beneficiar de la Ocde. Colombia ya es miembro del Comité de Desarrollo de la Ocde y puede más o menos participar como observador en cualquiera de los múltiples comités que tiene. También puede beneficiarse de la prueba Pisa. Creo que es una mala idea, América Latinoamérica le está abriendo la posibilidad a Colombia de un liderazgo. Nosotros estamos perdiendo dos de los pecados por los cuales no se nos veía como un potencial líder: narcotráfico, que ahora es un tema más general, es más regional, y ha dejado de ser una carga específica de Colombia, y el conflicto interno. Para aumentar el liderazgo regional, ser miembro de la Ocde es más bien un aspecto negativo.
Las cifras de producción industrial en abril muestran un alivio, pero en los primeros cuatro meses ha caído, y detrás de ellos hay casi todo un año de decrecimiento. ¿Qué tan crítica está la desindustrialización del país? ¿Estamos viendo una recesión?
Lo último es claramente cierto, estamos en una recesión en la industria. No hay la menor duda de que hay un proceso de desindustrialización y desde hace 30 años. En ese proceso ha habido dos fases críticas: la que tuvo lugar en los años noventa después de la apertura económica y esta que curiosamente puede ser peor que la anterior. El déficit comercial industrial en Colombia es aterrador, más de US$30.000 millones, y lo que está ocurriendo es que muchas empresas industriales prefieren utilizar la red de comercialización que ya tienen y destinarlas a importar, que desde el punto de vista de las necesidades de empleo, de costos fijos es mucho menor, muchos industriales se están convirtiendo en importadores, eso es lo que está ocurriendo en Colombia. Compare los periodos de crecimiento de Colombia, este 2009-2012 es un periodo que ha sido minería, construcción y servicios financieros, y la industria en conjunto creciendo poco, es mucho peor que el periodo 2003-2007 donde hubo una estructura más diversificada, es incluso peor que el periodo 1991-1997.
En términos de la estructura del crecimiento es como si la industria no fuera parte de la historia productiva del país. Es una mezcla de factores.
¿Es causa de la Enfermedad Holandesa?
Sí estamos a mí juicio a una fiebre de 40 grados de Enfermedad Holandesa. Y es una mezcla de tres factores: de la revaluación del peso que está sobrevaluada, una de las más apreciadas de América Latina y ahora se ha corregido porque la Reserva Federal nos ha ayudado un poquito, pero digamos que como política económica no ha habido un intento de tener una tasa de cambio competitiva. Segundo, una política de comercio exterior que es Tratados de Libre Comercio (TLC), tenemos una verdadera indigestión de TLC, muchos de ellos no sabemos qué impacto vamos a tener, no hay un análisis público del impacto, y una política industrial que se perfila, tiene algunos instrumentos interesantes pero no tiene dientes, no tiene efecto real, eso no le veo a la Política de Transformación Productiva, que estén cambiando nada sustancial. Las empresas por las condiciones anteriores no tienen gran incentivo a dedicarse a la industria colombiana hoy. La desindustrialización, mirando el último año, puede ser el peor episodio de la economía.
¿Al incentivar la importación de bienes con medidas como la cero arancel para bienes no producidos acá se está ahondando en la crisis de la industria?
Si son bienes que no compiten con la producción nacional eso no me preocupa, me preocupa que en la reforma arancelaria de 2010 bajaron una cantidad de aranceles. Escucho de los sectores industriales quejas sobre la estructura arancelaria. No sé por qué no tienen una política arancelaria de largo plazo. La estructura no es para cambiarla todos los días. Las empresas invierten con esa estructura, lo peor para una inversión es que tenga la expectativa que le van a cambiar el arancel, porque eso quiere decir que no saben cómo va a estar mañana cuando estén produciendo.
Colombia cuenta con cerca de 12 acuerdos comerciales. ¿Estos sí conducirán a un mayor crecimiento económico? ¿Cómo ve el potencial a Asia Pacífico?
La estructura de comercio de toda América Latina con Asia Pacífico es la más desbalanceada de todas. Si nosotros queremos exportar petróleo, carbón, etc., no necesitamos TLC con nadie, cuando uno tiene una estructura con China que es: le exportamos un puñado y importamos una canasta de manufacturas, con creciente contenido tecnológico, porque China sí tiene política industrial, y tiene estrategia comercial con América Latina, por este lado no hay estrategia. Hay países que no tienen estrategia. Negociar con Asia Pacífico a mí juicio no le veo las ventajas evidentes en el corto plazo. Claro, es el mercado más dinámico del mundo y por lo tanto no podemos dejarlo de lado, pero si lo que se pretende es que en el largo estemos exportando una canasta diversificada a China hay que trabajar muchísimo en la estructura productiva interna. Lo que no tenemos es oferta exportadora.
¿Entonces cuáles sectores?
Las estructuras productivas tienen una lógica de transformación, de todo el mundo, en Colombia tenía una industria liviana muy fuerte, la hemos perdido en proporciones no especiales. Hay muy poco de alta tecnología en el país. Con los TLC uno tiene que tener una estrategia, cuál es la visión de Colombia, de qué va a producir y de qué va a vender en los mercados internacionales, de eso es lo que debería estar detrás, cuál es la prioridad que se le da a los TLC. Tenemos una indigestión de TLC porque es la realidad, acá se le da la prioridad a firmar tratados, no qué efecto van a tener sobre Colombia, no hay debate público sobre los efectos. ¿Cuántos estudios me puede contar existen sobre cuál es el impacto del TLC con Corea, con Turquía, alguien sabe sobre Nueva Zelandia? Firmar TLC no genera desarrollo. Los TLC pueden ser una base interesante, una oportunidad, pero cuando uno no tiene una estrategia qué va a hacer con ellos. La mejor demostración de que los TLC per sé no generan nada en términos de desarrollo es México, el campeón latinoamericano en firmar TLC. Desde 1990 es la economía menos dinámica, después de El Salvador. Pero me dirán que a Chile sí le ha ido mejor, pero le iba mejor en los noventa cuando no tenía TLC. Sí tienen importancia pero cuando uno tiene una estrategia productiva, no veo eso en este gobierno, ni en el anterior cuando comenzó esta oleada de TLC. Creo que es un error histórico lo que estamos cometiendo, vamos a terminar de destruir el aparato productivo. Sí habrá nuevas oportunidades. El primer año de TLC es maravilloso para Estados Unidos, exportó 20% más a Colombia, nosotros le exportamos 4% menos.
Es que ni siquiera el gremio industrial colombiano, que parece que ya dejó de ser industrial, la Andi, ¿qué debates ha planteado sobre los TLC?. Hay alguna posición importante de la Andi sobre esta materia?
A pesar del 2,8% de crecimiento en el primer trimestre y de señales que denotan un deterioro, el Gobierno se mantiene en un 4,5% de crecimiento para todo 2013. ¿Cree que se avecina una tormenta o que se puede esperar para fin de año un mejor panorama que llegue a ese 4,5%?
Yo creo que el crecimiento va a repuntar, pero el 4,5% no hay forma alguna de que se alcance. Los que han hecho los números dicen que el escenario más optimista es 3,7%, como lo dice Fedesarrollo, eso puede ser viable. Es más consistente con otras fuerzas negativas, la desaceleración del primer trimestre tiene muchos componentes nacionales, particularmente la caída de la industria es un efecto puramente nacional, es un efecto de la tasa de cambio. La demanda se ha desacelerado pero no tanto, con la que tenemos podríamos estar creciendo en la industria, no contrayendo la producción.
El optimismo del Gobierno está basado principalmente en el Pipe, el plan que lanzó el pasado 15 de abril para reactivar la economía. ¿Qué tanto podrá dinamizar la economía las medidas que se adoptaron con el plan? ¿Debe el Gobierno tomar más medidas?
Por la infraestructura se puede lograr algo, pero en construcción veo que el ciclo ha sido suficientemente dinámico y me parece que es más probable que veamos una desaceleración de la construcción de vivienda, eso hay mucha discusión de las cifras de Bogotá, que puede ser el 40% del mercado de Colombia, muestra cifras negativas. Viendo los precios de Bogotá, la impresión que uno tiene es que se viene de una burbuja inmobiliaria y que vamos a ver la desinflada. Esto no es cierto en Cali, porque sí es un mercado que sí se puede expandir.
El anuncio de la FED, de disminuir eventualmente los estímulos monetarios, golpeó los mercados accionarios y de bonos. ¿Qué otros efectos se pueden esperar y cómo debería actuar el Banco de la República ante este anuncio, sobre todo cuando se reúne mañana su Junta Directiva?
Los mercados mundiales sobrereaccionaron. Hay un poco de sensación de que la economía mundial tenía una sobredosis de expansión monetaria de Estados Unidos y se está corrigiendo. Pero no creo que sea un fenómeno para entrar en pánico, de alguna manera me parece normal que esté ocurriendo. El efecto que tuvo con los mercados emergentes fue doble, las tasas de interés de la deudas pública se corrigieron por el doble efecto del aumento de las tasas de interés de los bonos del Tesoro más el aumento del margen de riesgo, eso encarece un poco el endeudamiento externo de quien quiere ir a conseguir recursos al mercado internacional. Va a ser positivo por el otro efecto que es con la tasa de cambio. Ya que el gobierno y el Banco de la República habían hecho tan poco por corregir la revaluación, le agradezco a la FED que esté haciendo el trabajo por nosotros. Yo creo que necesitamos una corrección y la que ha habido de $150 es insuficiente por materia de cambio. El impacto neto puede ser positivo para nosotros.
El peso se está devaluando por culpa de a FED, Cree usted que estamos cerca de ver un dólar a $2.000 en el corto plazo?
La tasa de cambio debería ser por lo menos de $2.100. Eso se ve si hay reactivación industrial, la exportación de no tradicionales.
Algunos analistas afirman que el Banco de la República se queda corto en la acumulación de reservas internacionales. ¿Debe el Emisor hacer mayores compras en el futuro?
Eso lo vengo diciendo de hace rato. Colombia es lo de los países que menos intervienen en los mercados cambiarios de las principales economías de América Latina. Las reservas de Perú, Chile, México, son muy superiores. El monto de reservas de Colombia es el más bajo como porcentaje del PIB del de todos esos países. Colombia tiene mucho más margen de intervenir en los mercados cambiarios y tratar de moderar la tasa de cambio.
¿Cuál es su opinión sobre cómo el Gobierno está manejando la política de tierras?
Todo lo que tiene que ver con el proceso de paz lo veo muy positivo. Incluso la Ley de Restitución de Tierras personalmente es la ley más importante que se ha aprobado bajo la Administración Santos y creo que va a tener efectos benéficos sobre el proceso de paz en lo que tiene que ver con la jurisdicción agraria en torno a esa ley, para acelerar los trámites y llevarlos a un éxito temprano. Esa parte la veo como temas muy positivos de la agenda del Gobierno.
Finalmente, cómo califica los tres años de Santos. ¿Pasa o no pasa el año?
En política de paz a mí juicio pasa el año muy bien. Ojala las negociaciones continúen es un avance de paz. Si me pregunta en política económica, tengo serias dudas de que pase el año pero puede corregir el rumbo. Todavía le queda algún tiempo. Yo lo rajaría en política económica. Hay campo para aprovechar esta economía internacional para volver a la tasa de cambio en un nivel competitivo que es lo que se necesita. Espero que el congreso discuta los TLC. Si frena ese frenesí que pareciera tener el ministro de comercio para quedar como recibir la medallita de TLC y que más bien el ministro comience a hacer política industrial en serio. Hay que volver a crear el ministerio de desarrollo económico. No puede ser que el ministro encargado de la liberación del comercio sea el mismo encargado de la industria, la industria es una agenda secundaria en esa cartera. Aprendí del gobierno que es importante tener debate dentro del gobierno, intereses que estén bien representados dentro del gobierno, que haya alguien que ponga la política industrial en la agenda del gobierno y que corrijan el error que se cometió en la administración de Uribe de fusionar el IFI con el Bancoldex.
¿Cómo ve los subsidios?
Los subsidios se hacen en el agro. No soy amigo de los subsidios directos, después Agro Ingreso Seguro se demostró que no. Yo preferiría que se metiera esa plata en programas más básicos, en carreteras, caminos vecinales, en Ciencia y Tecnología y transferencia a los campesinos y subsidiar el crédito a la pequeña producción, a través de FINAGRO. Bajo reglas bien establecidas.
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