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A 21 años de haberse popularizado aquella frase de la campaña electoral de Bill Clinton contra George H. W. Bush por la presidencia de Estados Unidos, “es la economía, estúpido”, sigue evidenciándose que el gran lío en el mundo sí es la economía.
Hoy por hoy esta es la mayor preocupación de la cual se derivan los más graves problemas.
Y para enfrentarlos se necesita de excelentes profesionales que ayuden a comprender y dar respuesta a los males que agobian al mundo, como la pobreza, el desempleo, la desigualdad y hasta la guerra.
LR se dio a la tarea de indagar por los cinco mejores economistas del país, a través de un sondeo que fue respondido por 50 profesionales, entre los que participaron ex ministros de Hacienda, decanos y profesores de facultades de Economía, dirigentes gremiales, directores de centros de investigación y funcionarios públicos, entre otros.
El sondeo preguntaba por los cinco mejores economistas colombianos y en él se proponía una lista con un poco más de 30 personajes. A los participantes se les invitó explícitamente a postular otras personas.
El nombre más repetido con un total de 30 de ocasiones fue José Antonio Ocampo, profesor de la Universidad de Columbia, seguido de Alejandro Gaviria, ministro de la Salud, y Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda, con 18 ocasiones.
En cuarto lugar se ubicó Salomón Kalmanóvitz, decano de Ciencias Económico-Administrativa de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, con 16 ocasiones y en quinto puesto, José Darío Uribe, gerente general del Banco de la República con 16 en total.
¿Qué es lo que los hace ser los mejores economistas actualmente? Son personas que contribuyen a la academia, son influyentes en las políticas públicas, han trabajado en organismos internacionales, tienen el reconocimiento de sus propios colegas y son doctores en Economía en reconocidas universidades del mundo. Los parámetros son difíciles de cumplir, porque lo que tiene uno no lo tiene lo otro; sin embargo, se destacan por ser recordados por sus colegas como unos de los más influyentes.
En opinión de algunos expertos, ser un buen economista es aportar al conocimiento. “La calidad se mide por las publicaciones que hacen en revistas científicas. En un periódico no es contribución sino difusión”, afirmó Manuel Ramírez Gómez, director del Grupo de Investigación de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, quien fue postulado dentro de este sondeo.
De esta manera se destaca Ocampo, actual profesor del School of International and Public Affairs de la Universidad de Columbia, por sus numerosas publicaciones en las mejores revistas académicas del mundo, sus más de 40 libros y sus contribuciones a la historia económica del país y de América Latina. Así mismo, se resalta a Gaviria y a Kalmanóvitz, este último como uno de los economistas que fue vital en la formación de muchos otros profesionales.
Los cinco mejores también se resaltan por su influencia y su papel en la política pública. En efecto, tres de los cinco mejores ocupan cargos públicos. “José Darío Uribe es visto como uno de los mejores, porque solo basta con ver la institución que dirige, es una de las más sólidas del país”, señaló un experto.
Pero ser funcionario público en sí no es sinónimo de ser un buen economista. Según Jorge Iván González, profesor de la Universidad del Externado, asesor del alcalde Gustavo Petro y postulado dentro de este sondeo, en el país hay una “tecnocracia inculta” que no ha sabido comprender ni encontrar soluciones a la complejidad de la realidad. Detrás, están otros economistas que aunque no tienen influencia pública han contribuido enormemente desde la academia como Juan Camilo Cárdenas, actual profesor de la Universidad de Los Andes, quien se ha destacado por sus trabajos de economía experimental.
Las respuestas de los sondeos no siempre son complacientes, pero reflejan la percepción de una mayoría. Aún quedan retos para estos profesionales. El principal, en opinión de Miguel Urrutia, ex gerente general del Emisor y economista dentro del Top 10 de este sondeo, es el crecimiento económico. A partir de él, la reducción de la pobreza y de la desigualdad.
Hay una convergencia de las escuelas
Hasta los años ochenta en el país hubo un acuerdo de políticas a favor de la industrialización y de la modernización. De los noventa al 2000 el enfoque se volvió más conservador, denominándose el neoliberalismo, de inspiración neoclásica. En los últimos tiempos, en Colombia se ha visto una combinación entre ese enfoque de tipo liberal, pero no extremo. Para algunos expertos, el sondeo revela que la mayoría del Top 5 de LR son economistas conservadores, tradicionales, que se identifican con la teoría económica del mercado. Otros califican de centro-izquierda a personajes como Ocampo y Kalmanóvitz para referirse a un enfoque más en políticas de distribución social. Para otros esta identificación no es posible ya que se está viviendo una convergencia, una combinación de las corrientes, que se aplican de acuerdo a los enfoques.
La opinión
Miguel Urrutia Montoya
Ex gerente general del Banco de la República
“Estas son personas con entrenamientos en doctorados, que han contribuido e influido en las políticas públicas y cuentan con investigaciones económicas”.
Jorge Armando Rodríguez
A pesar de avances importantes, los desafíos en seguridad y movilidad resaltan la necesidad de fortalecer políticas integrales
Durante la visita en seis meses, se trabajará de manera conjunta con las autoridades colombianas en la revisión de estos temas
Guillermo Herrera, presidente de Camacol, aseguró que el problema radica en una falta de planeación financiera por parte del Gobierno