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Las autoridades redujeron en más de 30% los US$199 millones mensuales que asignados para importaciones de los automotrices en las primeras tres semanas de agosto, según fuentes del sector, uno de los más pujantes de la industria pero de los más dependientes de importaciones para poder producir.
Pero la industria automotriz argentina, una de las tres más importantes de Latinoamérica, no es la única afectada. “El problema es que faltan dólares, entonces los cupos para las industrias quedan sujetos a la real disponibilidad y a la adjudicación que se les quiera dar en función de no bajar las reservas”, explicó Leandro Liberman, director de Grupo Liberman, que ensambla electrónicos en la provincia de Tierra del Fuego.
La restricción en los dólares para importar no solo se nota en el sector automotriz, también empezó a impactar al electrónico y de autopartes. Las concesionarias de autos, por ejemplo, aumentaron los precios de sus unidades ante la incertidumbre de no poder reponer su stock o financiar un aumento en sus costos.
“Si esto se mantiene, habrá que modificar los planes de las empresas tanto de producción como de importaciones”, dijo un ejecutivo del sector automotor .
Ante las pocas inversiones, la caída de los precios de las materias primas que exporta el país y la desaceleración de la economía, la presidenta Fernández tuvo que restringir el acceso a divisas para proteger las reservas internacionales, que usa para financiar el déficit fiscal y el pago de deuda.
Y ahora decidió darle prioridad a las demandas de argentinos que buscan cubrirse de una eventual devaluación del peso con un nuevo gobierno: en los primeros 24 días de agosto se vendieron US$576 millones para ahorro, más del doble que en agosto del año pasado.
No solo el principal candidato opositor a la presidencia, Mauricio Macri, también el oficialista Daniel Scioli, que lidera las preferencias para los comicios de octubre, creen que para reactivar la economía y seducir inversiones hay que relajar el control de cambios impuesto por Fernández hace casi cuatro años.
La medida buscaba frenar la fuga de divisas, pero acabó ahuyentado la inversión extranjera y llevando a una caída sostenida de la industria desde hace más de año y medio. Con este escenario, el Gobierno hoy tiene que elegir a qué sectores ayudar con divisas.
Cabe recordar que la balanza comercial en Argentina arrojó en julio un superávit de US$204 millones, equivalente a una baja de 75% con respecto al año pasado.
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