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En el ámbito nacional, este estuvo marcado por una alta inflación y la subida de precios en materia de alimentos por cuenta de un fenómeno de El Niño que, junto al paro camionero, encarecieron más de la cuenta productos básicos de la canasta familiar.
Ese 8% de incremento en los precios, entre enero y septiembre de 2016 de los productos de consumo masivo hizo que los hogares fueran menos veces a los canales en los que se abastecen de los productos. Lo cierto es que esta subida afectó los hábitos de compras de los colombianos, que disminuyeron en 5% la frecuencia de visita a esos canales.
La realidad es que cada vez que los hogares colombianos fueron de compras desembolsaron en promedio 11% más de dinero debido a los precios más altos. Es decir, la gente iba menos veces a comprar, llevaba en promedio el mismo número de unidades pero terminaba gastando más.
Si entramos en detalles, fueron los estratos uno y dos los más afectados con este panorama. Serán también ellos quienes deban seguir apretándose el cinturón para el nuevo año que llega y que tampoco será fácil en materia de precios.
La Reforma Tributaria aprobada en diciembre encarecerá todavía más los productos. La gente tendrá que seguir consumiendo alimentos pero, seguramente, la subida de precios hará que, tal y como sucedió en estos doce meses, se reduzcan las compras en el cuidado personal y otras menos prioritarias. Para el año que cierra, las más afectadas dentro de esta categoría fueron las fragancias y las cremas faciales. De esta manera, ante una billetera que no rinde como antes, la gente prioriza sus gastos.
Y además de priorizar también se busca economizar. Esto explica que cada vez sean más los colombianos que acuden a los almacenes de descuento. Este tipo de canales ya cuentan con más de 900 puntos de venta a nivel nacional y tuvieron un crecimiento de 60%, y las previsiones apuntan a que así seguirá su comportamiento este año donde este modelo de negocio se seguirá expandiendo.
Pese a lo que podría pensarse, aún no están en peligro las tiendas de barrio, uno de los principales canales en el país. La gente sigue yendo a la tienda pero disminuye su frecuencia de visita. En la búsqueda de optimizar su presupuesto, que sigue siendo el mismo pero alcanza para menos, los hogares combinan los canales tradicionales con los nuevos y así continuará en el futuro.
Sin embargo, es necesario que los consumidores sepan que a la par de optimizar sus presupuestos, deben valorar los productos que lanza la industria y que generan un valor agregado, que les ofrezcan algo más allá del precio. Sin duda esos serán los triunfadores.
Cerramos 2016 con cautela. Esta también caracterizará a 2017. No es fácil lo que viene pero tampoco imposible. La creatividad y versatilidad, tanto de la industria, de la distribución y por último de los compradores, será clave a la hora de afrontar el panorama económico. Especialmente de estos últimos ya que con sus compras ellos deciden el éxito de los productos, pues se trata de no olvidar que el consumidor/comprador es el rey.