MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Los bares, restaurantes y hogares serán estadios virtuales donde el entretenimiento, sea individual o en grandes grupos, gira alrededor del consumo y los precios se acomodan dependiendo el lugar. Es por eso que LR decidió dar una mirada a la economía popular de los colombianos pertenecientes a la clase media y baja a la hora de ver el partido.
Según el Departamento Nacional de Planeación, DNP, la clase media consolidada de Colombia llegó a 13 millones de personas en 2015, es decir, 30,5% de la población. Para el DNP, hacen parte de esta categoría aquellos hogares (de cuatro personas) con ingresos entre $1.800.000 y $7.000.000 mensuales.
Lo mejor está en casa
La comodidad de la casa, sean propios o de amigos, es un detalle importante para esta población al momento de ver un partido de fútbol, por el ambiente cálido y la compañía que genera la familia. “Aquí prima mucho la familia, celebrar en familia, festejar y hasta ‘agarrarse’ en familia. Por esa razón se tienen ese tipo de solidaridades”, señaló Fabián Sanabria, antropólogo y doctor en sociología de la Universidad Sorbona.
En una reunión familiar o de amigos, uno de los factores más importantes son las bebidas alcohólicas, cantidad que varía por los integrantes del grupo. En sectores populares de Bogotá, la cerveza según el establecimiento y zona que van entre los $45.000 y $54.000 pesos por una canasta de 30 cervezas Póker. El precio individual de esta marca es de $2.000.
Luego del trago, está la comida. Y el “invitado” al partido es el pollo, plato presente en la gran mayoría de establecimientos de la capital y que varían su precio por la presentación (frito o asado) un pollo asado cuesta entre $15.000 y $25.000 según el restaurante. Otro tipo de opciones, como la pizza ($4.500 porción), el arroz chino ($12.000 caja básica), picadas con varios tipos de carne ($25.000 según restaurante), el mecato y las crispetas también participan de la celebración futbolística.
La calle, un gran jugador
Los colombianos también disfrutan del fútbol en las calles más populares y concurridas que a lado y lado cuentan con establecimientos comerciales y de expendio de licor que a su vez tienen televisores o pantalla gigante para observar el encuentro.
En las cuatro principales ciudades del país, el transporte masivo es el ideal para desplazarse hacia estos sitios (Ver gráfico).
En Bogotá, por ejemplo, zonas como Chapinero o la Avenida Primero de Mayo son dos ejemplos de la afluencia de hinchas en establecimientos comerciales. En Calí, la calle sexta es una de las más concurridas y de fácil acceso gracias al MÍO que tiene costo de pasaje de $1.800.
La carrera 8, una de las zonas más populares del suroriente de Barranquilla, tiene un acceso fácil con el sistema de transporte masivo, Transmetro con un costo de $1.800 y en Medellín está la Carrera 70 cerca a la estación Estadio del Metro.
Según una encuesta de Fenalco Bogotá, en la Copa América 2015 la movida comercial en estos lugares de entretenimiento aumentó para 24% de los comerciantes encuestados.
“Un partido de fútbol es una fiesta, donde la gente sale a divertirse con sus amigos, y buscan un lugar donde sea común reunirse”, señaló Juan Esteban Orrego, director de Fenalco Bogotá. Además confirmó que la gente destina un presupuesto de gasto para este tipo de entretenimiento que según su nivel de ingresos puede ser mayor o menor.
María Castillo, vendedora ambulante de la localidad de Chapinero, en la carrera 13 con calle 63, también se beneficia de los lugares populares en la previa del partido de fútbol. “Los productos que más se venden son los cigarrillos Mustang, para los nervios, y los chicles”, señaló desde su puesto en el andén.
Andrés Cardona, empleado de un bar en la carrera 13 con calle 70, aseguró que para esta noche no espera tanta población estudiantil porque ya están de vacaciones. “En los partidos siempre los estudiantes de la Pedagógica están por lo menos una hora antes de empezar y piden principalmente cerveza”, dijo.
Una vez tiene definido el sitio, la comida y la bebida, es hora de pasar a los gastos de accesorios tales como camisetas y vuvuzelas. Una camiseta de la Selección Colombia de imitación tiene un costo promedio de $40.000 que sumado con un sombrero de $5.000 y una vuvuzela de $8.000 implica un gasto de $53.000 para estar con la pinta.
En el entretiempo es momento de hablar de los planes y proyectos de vida. Mientras se discute si se jugó bien o mal también se tratan otros temas como si quiere comprase una moto, a dónde ir de vacaciones o en dónde estudiar. La economía popular también tiene indicadores en estos temas, una moto básica cuesta $3.199.000, ir a Cartagena desde Bogotá en flota cuesta desde $110.000 trayectos y estudiar si decide hacerlo en el Sena será gratis mientras pase el examen y tendrá cuotas entre 0% y 25% efectivo anual según su resultado de pruebas Saber 11.
Así, la economía popular se mueve entre bailes, copas y comida todo motivado por el amor a la tricolor.
El fenómeno futbolero que domina redes
El 2 de junio, Daneidy Barrera subió a su cuenta de Instagram, @chamitha.cheer, un video de 22 segundos donde muestra su emoción por la Selección y menciona la popular frase que es tendencia desde entonces en redes sociales. El corto video, con más de 120.000 reproducciones en esta red social, la ha hecho ganar miles de seguidores en pocos días.
Las opiniones
Fabián Sanabria
Antropólogo y doctor en sociología
“Aquí prima mucho la familia: celebrar en familia, festejar en familia, hasta ‘agarrarse’ en familia o con los primos, tíos o abuelos. Es un ambiente solidario”.
Juan Esteban Orrego
Director de Fenalco Bogotá
“Un partido de fútbol es un evento de fiesta, donde la gente sale a divertirse con sus amigos (...) y en nuestra cultura esto va a compañado de cervezas”.
La factura tiene cuatro caras, cada una con información valiosa para el consumidor. El documento puede ser recibido de manera física o virtual
El ministro de Relaciones Exteriores dijo que durante la reunión se habló de paz, clima y la propuesta de Petro de una revisión de la gobernanza global
El ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, dijo que "los tiempos son los del Congreso", en respuesta a que se levantó la sesión de este martes