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Pero en este punto, y después de que Ecopetrol comunicara que Kronos-1 es el segundo hallazgo de hidrocarburos en las aguas del Caribe Colombiano, surgen varías preguntas, como ¿cuándo entrarán a producir estos descubrimientos? y ¿qué tan significativos son en realidad?
Esto, porque como comentó el presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo, ACP, Francisco Lloreda, “tenemos una situación delicada de oferta y demanda de gas: entre 2015 y 2028, ya que las reservas probadas declinarán 5% anual”.
Sobre la primera pregunta, los cálculos que han hecho los analistas muestran que los recientes descubrimientos, Orca y Kronos, podrían entrar a producir en 2025. Ya que “en promedio, se tiene que el tiempo que tarda la perforación de un pozo de desarrollo (incluyendo la operación y los trámites legales y documentales), es tres veces mayor para los pozos offshore que para los onshore, tardando 10 años”, señaló Campetrol.
Adicionalmente, según explica Rubén Darío Lizarralde, presidente de la entidad, “tras la etapa exploratoria (que fue la que ya pasó y que duró cinco años), viene todo el proceso del análisis comercial del yacimiento, el cual se podría definir como una segunda fase de exploración para determinar la cantidad de gas. Una vez finalizado este proceso, se podría empezar con la producción en no menos de siete u ocho años”.
A partir de allí, 2024-2025, si los pozos son declarados comerciales la oferta podría aumentar, según cifras preliminares hasta 500 millones de pies cúbicos día.
Sin embargo, la preocupación resurge en el tema de el potencial de los recursos, ya que Orca y Kronos, no alcanzan a ser de la magnitud que fue en su momento Cusiana, Chuchupa o Ballena. Solo para analizarlo en cifras, Cusiana, por ejemplo, tenía 1.600 millones de barriles equivalentes de reservas, mientras que cifras preliminares de Orca hablan de 264 millones de barriles equivalentes.
Adicionalmente, en el caso de Kronos, a pesar de que se verificó la presencia de gas y posiblemente de crudo, estos se encontrarían a 3.720 metros de profundidad, lo que significará un reto para las empresas, ya que la operación en aguas ultraprofundas es muy costosa y muchas veces no es comercializable. Según Lizarralde, en promedio “un pozo offshore puede costar entre US$80 y US$100 millones”.
La opinión
Rubén Darío Lizarralde
Presidente de Campetrol
“Las reservas entran una vez se certifiquen, en el caso de un pozo como Kronos se puede tomar cinco o seis años, que es la etapa final de la segunda fase de exploración”.
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