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Un gran amigo me cuenta que alguien muy relevante dentro de la campaña del presidente Juan Manuel Santos le había preguntado si a mí me pagaba el Centro Democrático para trinar a favor de los intereses de Uribe y de Zuluaga. Confieso que me pareció hasta simpática la cuestión (por no decir desesperada)…Para que quede muy claro: a mí no me pagan por escribir esta columna, o por escribir en Facebook o en Twitter a favor de nadie, o por salir en CNN, NTN 24, Bloomberg, Caracol, Voz de América, etc., etc., etc. Vivo cómodamente gracias a que en mis años de vida laboral me he esforzado muchísimo por hacer las cosas bien. No manejo plata de terceros y no cobro comisiones por contactos. Recibo mi salario, tengo una participación accionaria en el banco que trabajo, y gano dividendos en las inversiones que tengo sobre los ahorros que gracias a Dios he logrado acumular.
Esa misma persona que cuestiona las razones detrás de la difusión de mis ideas estaba parada en la tarima cuando el Presidente Santos le prometió al país en 2010, una vez ganó las elecciones, que iba a defender las ideas de Uribe y que iba a perseverar en el camino trazado. Esa misma persona no dejó de aplaudir durante el mencionado discurso, al igual que yo, valga decir, pues yo celebré la victoria de Juan Manuel Santos como nunca antes había celebrado una victoria política.
Apreciado presidente Santos: yo no he cambiado. El que cambió fue usted. Hace 4 años usted trinaba exactamente lo mismo que yo trino hoy en día sobre las Farc. Usted trinaba en 2010 exactamente lo mismo que yo trino hoy en día sobre las barbaridades que lleva a cabo el régimen de Venezuela y sobre la tragedia regional que implica la existencia del socialismo del siglo 21. También vale la pena recordar que usted trinaba en 2010 que había tres “inamovibles” que se tenían que cumplir antes de que el gobierno pudiera pensar en dialogar con las Farc.
Presidente Santos: en 2010 Gustavo Petro era su contrincante, no su aliado. Y todos sabemos que el alcalde Petro representa la antítesis de las ideas políticas por las que votó masivamente Colombia en 2010. Presidente Santos: en 2010, Rafael Pardo era su contrincante, no su aliado ni su ministro, igual que en 2010 Antanas Mockus y Luis Eduardo Garzón no eran sus aliados, sino sus contrincantes políticos en las elecciones.
Sé que usted, presidente Santos, vive bajo el lema de que solo los imbéciles no cambian de opinión cuando las circunstancias cambian. Pero si han cambiado las circunstancias? Acaso si se cumplieron los tres “inamovibles”? Acaso las Farc ya no atentan contra la infraestructura petrolera de Colombia? Acaso las Farc ya no secuestran? Acaso las Farc ya no narcotrafican? Acaso las Farc ya no reclutan niños?
Yo voy a votar por Oscar Iván Zuluaga porque él ha demostrado ser coherente con sus ideas, ideas que comparto a plenitud. Yo no voto “por la guerra” como se me acusa, presidente Santos, porque usted no es el dueño de la “paz.” Los que votamos por Zuluaga no votamos por la violencia, sino votamos por la exigencia de un mínimo de respeto por parte de los violentos para con las reglas de la convivencia, entre otras, la necesidad de castigar al criminal. Voto por Zuluaga porque conoce los números de la economía de Colombia como ningún otro candidato, y me atrevería a apostar, como ningún otro colombiano. Voto por Zuluaga porque es un gran administrador, como lo demostró durante su pasantía por el Ministerio de Hacienda. Es importante recordar que a Zuluaga no le tocó gozar de las ventajas políticas de tener un presupuesto financiado. Como recordarán algunos, en aquellos años la situación financiera de Colombia era muy difícil.
Oscar Iván Zuluaga es un coequipero orgánico del proceso político y económico que vivimos durante los años de la administración Uribe, proceso que sacó de la lista de países fallidos a Colombia. Solo este hecho debería ser razón más que suficiente para votar por él.