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La universidad publicó un interesante informe sobre la procrastinación, sus repercusiones en el éxito estudiantil y profesional y algunos consejos para librarnos de este nefasto hábito fácilmente
Todos hemos escuchado más de una vez y más de dos un término que al principio nos sonaba más que raro: procrastinación.
Procrastinar es, simplemente, dejar las cosas para mañana, ni más, ni menos. Pero ¿qué tiene que ver la procrastinación con el éxito o con el fracaso? Ese ha sido el debate que ha llenado cientos de miles de páginas y de pensamientos en estos últimos doce meses.
Una de las conclusiones de los estudios e investigaciones que han llevado a cabo universidades, empresas y organizaciones sobre la procrastinación es algo bastante evidente: todos procrastinamos, pero hasta hace no mucho, esta palabra estaba restringida a las facultades de Psicología, a la materia de los cursos de alta dirección para ejecutivos o a las acciones formativas dirigidas a los jóvenes profesionales que querían aprender técnicas de liderazgo y gestión empresarial.
Pero, ¿en qué consiste exactamente procrastinar? ¿Qué es la procrastinación?
Para encontrar una buena definición de la palabra sólo tenemos que buscar el significado de las dos palabras en latín que dieron lugar al término “procrastination” en inglés y procrastinación en castellano: pro que significa “dejar” y cras que podríamos traducir como “mañana”.
Pero vamos a avanzar un poco más diciendo que la procrastinación es un hábito tan complicado de abandonar como cualquier otra costumbre que hayamos implementado en nuestra vida diaria.
Pero para complicar un poquito más el escenario, los psicólogos nos explican que la verdadera razón de procrastinar está en nuestro subconsciente ya que evitamos hacer algo porque nos causa dolor, malestar, desazón o cualquier otra sensación negativa.
Al dejar para otro momento esa sensación que nos va a perturbar, nuestro subconsciente se tranquiliza y nuestro cerebro no tiene que procesar esa información negativa.
Entonces… ¿La procrastinación no tiene cura? En eso están precisamente trabajando mentes tan brillantes como, por ejemplo, un grupo de investigación de la Universidad de Harvard en Estados Unidos.
Esta universidad publicó un interesante informe sobre la procrastinación, sus repercusiones en el éxito estudiantil y profesional y algunos consejos para librarnos de este nefasto hábito fácilmente.
Aquí las dos más importantes:
1. Poner en una balanza los pros y los contras para valorar las consecuencias
Procrastinar es positivo a corto plazo ya que nos evita “sufrir” una situación determinada. Pero ese hábito también suele tener consecuencias indeseadas: suspender un examen, no entregar a tiempo un proyecto, no ofrecer incentivos laborales a tus empleados para incrementar su productividad, no solucionar los problemas de comunicación interna que sabemos que existen en nuestra empresa, etc.
2. Confiar en sus capacidades y motivarse con pequeños premios
Como le diría cualquier buen profesional del coaching, la confianza en uno mismo es fundamental para terminar con cualquier hábito que esté afectando negativamente nuestra vida profesional y la procrastinación no es ninguna excepción a la norma.
Pero ¿cómo podemos confiar en nuestras capacidades si no podemos dejar de procrastinar? Motivándonos a no hacerlo ofreciéndonos a nosotros mismos pequeñas recompensas a corto plazo.
Estos premios pueden ser tan sencillos como queramos y nosotros mismos decidimos qué nos puede satisfacer y recompensar al final del trabajo hecho: salir antes de trabajar, ir al cine o a una exposición que nos interese, practicar algún deporte al final de la jornada, tomar una copa con los compañeros, ver una serie al final del día, etc.