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En el país la autocitación en publicaciones científicas se mantiene constante. Expertos analizan sus consecuencias en la producción científica
Colombia está en el grupo de 12 países que muestran un comportamiento anómalo en la cantidad de autocitas utilizadas en publicaciones científicas. Los investigadores Alberto Baccini e Eugenio Petróvic señalan en un estudio que aunque a nivel global el comportamiento de autocitas ha disminuido, ese no ha sido el caso de todos los países.
En Colombia la métrica de auto-citación no muestra descenso, sino, por el contrario, se ha mantenido constante. La publicación de artículos con este tipo de prácticas antiacadémicas genera preocupación en los expertos, especialmente si se evalúan las condiciones que propician estos comportamientos.
El estudio consideró publicaciones entre 1996 y 2019 que utilizaron citas de trabajos anteriores producidos por la misma entidad (ya sea un autor, una revista, una institución o incluso país).
El artículo señala que estas prácticas son resultado de políticas científicas agresivas en el país, en donde el modelo salarial del investigador con la implementación del Decreto 1279 de 2002 se mide por la productividad de sus investigaciones y nivel de estudios. La productividad se calcula, entre otros parámetros, por la métrica de la citación.
“Es una demostración de que los incentivos que existen en algunas universidades en Colombia favorecen que los investigadores busquen inflar el impacto de sus publicaciones medido con citas, a veces autocitándose en exceso, a veces generando clubes de citas” comenta Jorge Restrepo, economista de la Universidad Javeriana.
Hay que resaltar que autocitarse no es por sí mismo algo negativo. “En general, la investigación se hace paso a paso, no puedes partir en una investigación de cero. Entonces autocitarse no es malo, el problema viene cuando las únicas citas de tu trabajo sean las tuyas o que esas citas vengan de tu grupo de trabajo o círculo cercano” resalta Jairo Rodríguez, docente de física de la Universidad Nacional de Colombia.
Luego de analizar 45 millones de artículos científicos y casi cuatro millones de patentes en todo el mundo, una revisión bibliográfica publicada el año pasado en la revista Nature encontró que en áreas como la física y la ingeniería ha disminuido la innovación disruptiva, que definen como que “rompe con el pasado de forma que impulsan la ciencia y la tecnología en nuevas direcciones”. Para los investigadores Russell Funk y Michael Park, de la Universidad de Minnesota, esto podría ser producto del modelo de producción científica que domina en el mundo académico.
Rodríguez afirma que entre las medidas que se deberían tomar están actualizar los indicadores de citación por impacto. “Tenemos indicadores muy sencillos, simplemente contamos el número de citas, eso está mal. Hoy en día hay personas que están haciendo indicadores más complejos que muestran la cantidad de autocitas, su impacto de citas en otros trabajos por años y que estos vayan más allá del mismo grupo de trabajo”.
Frente a este punto, Restrepo concuerda en que “el Ministerio de Ciencia debería cambiar las métricas de asignación de recursos, dejando de lado por completo herramientas como Publindex y Cvlac, y moverse hacia sistemas de asignación de objetivos estratégicos”.
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