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En labores mecánicas puede mejorarla, pero a la hora de pensar puede no ser buena.
Es habitual que algunas personas escuchen música mientras trabajan, aunque otras dicen que no pueden concentrarse y prefieren trabajar en silencio.
Sobre esto se han hecho varios estudios. En 1972, se realizó uno titulado ‘Música: una ayuda a la productividad’, donde, como su nombre lo indica, concluían que los trabajadores rendían más al escuchar música. Sin embargo, en este estudio se observaron a los empleados de una fábrica, quienes tenían tareas mecánicas y repetitivas que podían llevar al aburrimiento a las personas.
En 1980, Takahiro Tamesue, de la Universidad Yamaguchi, en Japón, realizó un nuevo análisis en el que se utilizaban procesos cognitivos más complejos y el resultado cambió totalmente. Tamesue analizó los procesos neurológicos de diferentes tipos de sonidos y concluyó que aunque no todos los ruidos afectan el cerebro con la misma intensidad, la mejor música para trabajar es el silencio.
Así mismo, aseguró que entre más significado tenga el sonido, mayor intervención tendrá en la concentración de la persona. Por esto, se puede decir que escoger la música favorita de cada persona para trabajar es una mala idea.
Según lo dicho anteriormente, la música clásica o ambiental no interfiere tanto en el cerebro, pero sigue afectando la concentración. Paola Casallas, directora de Unafelizmente, aseguró que la afectación de la productividad laboral depende de la persona.
En caso de querer escuchar música de manera general en la oficina, es muy importante llegar a un acuerdo con los demás miembros del lugar para escuchar ritmos que le gusten a todo mundo, así como en un volumen que no afecte el trabajo de los demás.
Asimismo, Casallas concuerda con los resultados del estudio realizado por Tamesue, pues dijo que “si se tienen trabajos repetitivos, la música puede ayudarle a tener una mayor concentración, y para trabajos creativos, permite que la mente se abra más”.
En ambientes como los bancarios no es recomendable por la concentración necesaria, aunque lo más importante, según Jorge Arana, gerente de gestión humana andinos norte y sur de Despegar, es que sea algo que todos quieren. “La música puede mejorar la productividad, siempre y cuando haya un consenso en el equipo de trabajo, para que todos estén a gusto y no sea una medida impuesta”, añadió.
Camilo Andrés Mariño, sales engineer para la región Nola de Citrix, concuerda con Arana, pues según su experiencia han aprendido que el mejor incentivo para los empleados además de gestionar su tiempo con el teletrabajo, es permitirles “desarrollar sus labores en lugares en los que realmente se sientan cómodos, sin importar si existen distracciones como la música”, para que “puedan responder eficientemente las exigencias del día a día, desde un espacio adecuado y confiable”.
Casallas resaltó el efecto de la música en el cerebro, pues esa sensación produce dopamina, que es la que hace que las personas sientan placer y felicidad. La música también ayuda a “estimular el ritmo cardíaco que estimula la concentración y la buena memoria, lo que resulta en una mayor productividad”, concluyó.
Listas de Spotify y Deezer para la concentración
La música es un factor fundamental para los millennials, por ello, cada vez es más común que las grandes plataformas digitales de música como Spotify y Deezer ofrezcan a sus usuarios listas de música, no solo para disfrutar con sus amigos, sino también para relajarse, estudiar, trabajar, o simplemente concentrarse en la realización de algún proyecto o lectura. Estas listas son cada vez más populares, por lo que es usual que los mismo usuarios comiencen a crear listas propias.