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No hay que darle vueltas al asunto. Sin duda, TED cambió la idea de dar charlas. Bajo su lema de “ideas que vale la pena difundir”, ha tenido a personajes como el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, los ganadores de Nobel, James D. Watson, Murray Gell-Mann, y Al Gore, y a los genios tecnológicos Bill Gates y Sergey Brin, entre otros.
Pero, ¿qué hace hacer para que las personas rían y lloren con la conferencia y que los asistentes no bostecen a los quince minutos o, peor aún, se duerman en medio de la charla?
En su libro, Jeremey Donovan, vicepresidente de marketing de Gartner y un prestigioso conferencista (quien ha participado en charlas TED), aplica sus conocimientos para hablar en público con el formato de estas reconocidas presentaciones. Adopta un tono coloquial y directo para recordar a los lectores que cualquiera (independientemente de cuán inexperto sea) puede dirigirse al público TED con éxito.
César Piqueres, coach ejecutivo, señala que entre los puntos claves del libro se encuentran inspirar al público con una sola idea, condensar el tema en un lema inspirador y repetirlo al menos tres veces, comenzar con una vivencia personal, combinar lo racional con lo emocional, hacer que la audiencia viaje, hacer bromas y dejar la idea de conferencia, y pensar en una charla entre amigos.
Según Sandra Fuentes, directora del posgrado de comunicación organizacional de la Universidad Javeriana, los éxitos se los conversatorios de TED se deben al minimalismo de las charlas. “Los temas se tratan con palabras muy claras, sencillas y fáciles de entender”.
Cualquier tema puede hacerse digerible a través de un silogismo lógico: tener en cuenta la cantidad de sucesos, en su orden, que forman una consecuencia.
Aunque la gente ríe y llora en las presentaciones, Fuentes asegura que “más que lo chistoso o gracioso es lo divertido y sencillo que puede ser el expositor, que logra generar empatía con su público”. Para hacerlo, se necesita hablar de cosas que importen a la gente, “que estén alineados con la cotidianidad”.
El lenguaje corporal también es importante. Las personas deben hablar con su cuerpo, transmitir sus emociones e ideas a través de sus movimientos, “para poder lograr cercanía con la gente y tener un campo visual que llegue a todo el escenario. No estar detrás de un atril, porque se generan barreras, incluso caminar, interactuar y hacer preguntas”, añade Fuentes.
Estos y otros consejos llenan las páginas del libro de Denovan para responder la pregunta ¿cuál es el éxito de las conferencias?
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