MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
La segunda y tercera semana de enero han sido denominadas como las semanas más depresivas y menos productivas del año.
El regreso de las vacaciones de diciembre, con festividades como la Navidad y Año Nuevo de por medio, se ha convertido a través de los años en uno de los periodos de reincorporación al trabajo más difíciles para las organizaciones y sus empleados por el choque que representa volver a las actividades laborales o de estudio cotidianas.
No por nada se denomina a la segunda y tercera semana de enero, posterior al puente de ‘Reyes Magos’, como las semanas más depresivas del año. De hecho, el tercer lunes del año es el día más triste y depresivo, según una fórmula matemática de Cliff Arnall, investigador de la Universidad de Cardiff, que denominó este día como 'Blue Monday'. Para ello, se tienen en cuenta factores como el clima, la economía, motivación y primer lapso de los propósitos de Año Nuevo que influyen en el estado de ánimo de las personas. Todo esto repercute en el rendimiento laboral, que no suele ser el más óptimo en esta época.
Es así que, para aumentar el rendimiento y la productividad, es importante que las empresas y organizaciones implementen estrategias para mitigar estas sensaciones al inicio del año. En primer lugar, es fundamental motivar a los equipos de trabajo con nuevos retos y responsabilidades en la medida que se retribuye con un aumento de salario razonable o flexibilidades laborales como el teletrabajo o días libres entre semana. Con ello, “se muestra un voto de confianza y que se está dispuesto a dar un paso más y salir de la zona de confort”, apuntó Sandra García, experta en recursos humanos de la Universidad de Antioquia.
A su vez, es necesario mejorar los ambientes laborales y preocuparse desde el área de recursos humanos por cómo se sienten los colaboradores, cómo está la relación entre compañeros y sus jefes, y modernizar o renovar las instalaciones con cambios de puesto, colores, adaptación de escritorios y recursos actuales como la metodología de juegos.
Algunas de estas técnicas incluyen juegos, películas y cuentos que pueden potenciar los niveles de liderazgo, gestión del cambio, comunicación asertiva y trabajo en equipo. El aprendizaje a través de juegos es una metodología que cada día está tomando más fuerza en el mundo empresarial porque permite de forma amena que los participantes tomen mayor conciencia sobre el rol que están asumiendo dentro del equipo de trabajo y con su jefe, y que son muy pertinentes en un periodo como el inicio de año.
Otro de los incentivos que muestra resultados muy positivos es la promoción de programas de capacitación y formación auspiciados por las empresas pues “son un plus para que los empleados adopten nuevas competencias que podrá utilizar en beneficio de la propia compañía y en sí mismos”, agregó García.
Estas estrategias combinan la retribución monetaria, salario emocional y la asignación de nuevos retos como principal recurso para afrontar algunos de los días menos productivos del año. De acuerdo con un estudio de Randstad Workmonitor, 62% de empleados estaría dispuesto a intercambiar su salario por estabilidad laboral y emocional, atributos que repercuten en una mayor productividad.
Otro extremo: la adicción al trabajo
A pesar de que la mayoría de personas sufre de ‘resaca vacacional’ por estos días, otro comportamiento analizado por expertos y consultores de recursos humanos es la adicción al trabajo que padecen algunas personas, quienes tratan de suplir las tareas pendientes del año pasado y cargarse de trabajo extra.
Un ‘workaholic’ o adicto al trabajo se caracteriza por convertir sus tareas cotidianas en una obsesión, llevándola a descuidar e ignorar los demás ámbitos de su vida, es decir, que el trabajo se convierte en una necesidad continua e incontrolable la cual termina afectando su salud, sus relaciones y donde las actividades de ocio son casi nulas.
Adriana Garcés, gerente de Talento Humano de ManpowerGroup Colombia, indicó que algunas señales de alerta son que se emociona más con los logros de su trabajo que con los logros en otros ámbitos de su vida. “Con alta frecuencia se lleva el trabajo para la casa, la cama, para los fines de semana y las vacaciones. De lo que más le gusta hablar es de su trabajo y a todas horas. Se angustia cuando debe hacer otra actividad que no está relacionada con su trabajo. Trabaja largas jornadas las cuales deterioran sus relaciones interpersonales pareja, hijos, padres, amigos, compañeros de trabajo, etc”, señaló.
Para evitar estos comportamientos desde el inicio del año, que no repercutan en una menor productividad o afectaciones a la salud física y emocional, se pueden implementar "talleres sobre manejo eficiente del tiempo, lugares dentro de las oficinas donde se pueda hacer yoga o mindfulness, promover la realización de hobbies, tardes de cumpleaños libre y horarios flexibles que favorezcan las relaciones familiares, compañeros y amigos, entre otras actividades", agregó Garcés.