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Si de retos se habla, las universidades públicas tienen una lista larga, de cara a un nuevo cuatrienio de Gobierno. De ella, hay un reto que emerge por encima de todos y es el que tiene que ver con el cambio del modelo de financiamiento de las instituciones del nivel superior de índole público.
Por ahí, dice el presidente del Sistema Universitario Estatal (SUE) y rector de la Universidad Tecnológica de Pereira, Luis Enrique Arango, pasa casi todo: la cobertura, la investigación, la infraestructura, innovación y hasta cumplir con la meta de ampliar la población de estudiantes, más que en especializaciones, en maestrías y doctorados, una necesidad hace rato sentida por el país.
LR habló con Arango, reelegido por otros dos años en el SUE, una instancia establecida por la Ley 30 y conformada por los 32 rectores de las universidades del estado, con la función de servir de cuerpo asesor del Ministerio de Educación en temas de nivel superior.
¿Cómo arrancan las universidades el cuatrienio que se viene en materia de financiación?
Tenemos una serie de debilidades explicadas por la falta de recursos. Sin embargo, en los últimos años la situación ha empezado a cambiar porque se ha dado una serie de pasos.
Primero le quebramos el criterio al estado de que solo los presupuestos se podían mover con la inflación. Y en segundo lugar, desde la reforma tributaria de 2012, las universidades públicas reciben 40% del punto adicional aprobado del impuesto Cree por tres años.
Eso nos puede dar cerca de $1 billón. De 2013 se recibieron $149.000 millones y este año esperamos $292.000 millones para infraestructura. Pero la aspiración es que lo que captamos del Cree se vuelva permanente para que pueda ser una solución estructural al problema de financiación de las universidades. Esta es una tarea que vamos a empezar a gestionar con el próximo Congreso. Adicional a ello, en diciembre de 2013 se creó la estampilla universitaria con vigencia de 20 años y va a significar recursos cercanos a los $5 billones.
¿Y con eso se resuelven los problemas?
No. Tenemos pendiente el tema de funcionamiento y es muy crítico. Requiere de cambiar el modelo de financiamiento de la universidad pública. La fórmula que establece la Ley 30 es insuficiente para atender las nuevas necesidades que tienen las universidades en Colombia.
Hoy hay que pensar en la formación de alto nivel de docentes, cada vez más se requiere que tengan doctorado, y eso cuesta. Están las nuevas tecnologías, la internacionalización y los idiomas, la innovación, la investigación, la responsabilidad social y el emprendimiento, eran responsabilidades marginales, hoy son troncales. El año pasado estimamos que necesitamos, para funcionar con calidad y equidad, de $1,3 billones adicionales.
El presupuesto de 2014 es de $2,96 billones, de ello para funcionamiento son $2,6 billones. En inversión hablamos que se requieran a largo plazo de $9,8 billones. Entonces, si el Cree se hace permanente y con la estampilla universitaria estaríamos dando un paso muy largo en la solución estructural de los recursos a las universidades.
Ese nuevo modelo ¿en qué consiste y ya está definido?
Esperamos que quede definido en el curso de este año y es una nueva fórmula que va a tener que considerar el crecimiento de los costos reales de las universidades. Ya no va ser la inflación.
Para las universidades es distinta, no la mide el Dane y contempla elementos propios de las instituciones.
Entonces, esa fórmula de la inflación no sirve, debe haber otra porque requerimos recursos para atender las nuevas obligaciones. Otro elemento de la nueva fórmula de financiamiento es buscar la equidad entre las universidades.
¿Ya están trabajando en esto?
La idea es para julio tener una propuesta y para esto se constituyó una comisión.
¿Iría en una reforma a la educación?
Lo ideal para nosotros es que la propuesta de financiación de la educación superior vaya al Congreso independiente de la gran solución que el Gobierno está planteando para el sector. La idea es agilizar el trámite.
¿En esa fórmula se contempla la ampliación en la cobertura para población posgraduada?
Los aumentos más grandes van a estar en la formación posgraduada y más que todo en la doctoral y de maestrías. Ese tipo de formación requiere subsidio sobre todo para atender la ampliación en la que se está pensando. Pero mientras no haya un cambio en el modelo de financiamiento no se puede pensar en esto, al menos en la mayoría de las universidades. Hay esfuerzos importantes, pero con los actuales presupuestos es imposible avanzar y estimular.
La opinión
Felipe César Londoño
Rector Universidad de Caldas
“Los presupuestos son reducidos y se hace necesario diseñar políticas de concurrencia para ampliar los recursos de los programas académicos, la investigación y la proyección”.
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