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La próxima oferta inicial de acciones de Facebook nos ha dado mucho de qué hablar, pero tal vez lo más significativo sea su novedosa estructura de control.
Con 57 por ciento de los derechos de voto, el CEO Mark Zuckerberg seguirá controlando firmemente a Facebook luego de bursatilizarlo. No lo pueden despedir. Esto está poniendo nerviosos a algunos inversionistas.
De acuerdo con el punto de vista dominante del gobierno corporativo, el control debe recaer en manos de los que también tienen derecho al principal flujo de ingresos. De esta forma, tienen el máximo incentivo para garantizar que el flujo siga siendo lo más rentable posible.
Sin embargo, esta historia tiene otra cara. A empresarios fundadores como Zuckerberg más les conviene estar a la altura para conservar el control de una compañía recién bursatilizada. Esto es difícil de juzgar, por lo que los inversionistas muchas veces se reservan el derecho a despedir al fundador de una firma si las cosas salen mal. Zuckerberg, empero, básicamente está diciendo que usted es quien tendrá que convencerlo, y no los demás accionistas, que no está a la altura del puesto.
A algunos les preocupa que la meta principal de Zuckerberg no sea maximizar el valor de los accionistas. Y, de hecho, Zuckerberg nos dijo recientemente que apunta a hacer del mundo un lugar mejor, no sólo a ganar dinero. Pero perseguir metas más amplias no pondrá fin a la maximización de ganancias de los accionistas.
En el fondo, a los inversionistas realmente les preocupa el hecho de que Zuckerberg todavía no ha experimentado el fracaso. Muchos de los grandes empresarios fracasaron antes de lograr el éxito. Prácticamente es un requisito. Parte de esto tiene que ver con aprender a entender lo que se hace bien. Pero una implicación más general es que es importante que los empresarios manejen el fracaso desde el principio, cuando no hay tanto en juego.
Todas las metas que Zuckerberg se ha propuesto se han cumplido. Ha superado todos los retos. Es raro que alguien reciba cartas tan buenas. A los inversionistas de Facebook no les queda otra más que esperar que la suerte de Zuckerberg continúe.
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