MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Hay que enseñar compasión a los empleados.
Este artículo no habría podido ser escrito hace 30 años, pues era impensable que se hablara de felicidad como prioridad en la vida, y menos en el entorno de trabajo, en el que en ese tiempo si alguien llegaba a preguntar por la felicidad en el trabajo muy seguramente la respuesta hubiera sido “si quiere ser feliz, vaya a su casa, acá vino a trabajar”. Hoy todavía quedan algunas secuelas de ese entonces, pero el entorno ha cambiado.
Son varios los estudios que se han hecho en materia de felicidad desde el punto de vista científico. Universidades como Harvard, Ucla, Norte de California, Pensilvania, Berkeley, entre otras, le han apostado al estudio científico sobre la materia.
La felicidad hoy es una prioridad para las personas y para las empresas, ya que las cifras y los indicadores muestran su necesidad. Me explico:
De acuerdo a un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud, 60% de la improductividad de los empleados se debe al mal manejo del estrés, lo cual esto ha convertido en un problema para las empresas por ser causa de accidentes de trabajo, solicitudes de incapacidad, sobre todo el día lunes, mezclado todo ello con el ausentismo que se traduce en que la empresa pierde dinero.
Según los estudios de Gallup, sólo 15% de las personas son felices en el lugar de trabajo, lo que hace que el nivel de compromiso y motivación sean bajos, teniendo así una baja productividad. También señalaron que la felicidad en el trabajo elimina la rotación laboral hasta en 51%, y aumenta la retención de talento en 44%.
Shawn Achor, autor de varios libros en materia de felicidad, y quien ha sido entrevistado por Oprah, realizó un estudio sobre trabajo y estrés y concluyó que si los empleados son felices pueden llegar a ser 31% más productivos y alcanzar 37% más de las ventas.
De acuerdo a la Universidad de Berkeley, para ocuparse y promover la felicidad en el lugar de trabajo se requiere hacer énfasis en cuatro ejes: propósito, compromiso, resiliencia, compasión. Primero, el propósito radica en que las expectativas de crecimiento personal y laboral se puedan cumplir en el mismo lugar, es identificar cuál es la razón por la que está la persona trabajando allí, y que en ese lugar pueda cumplir sus sueños.
La empresa Zappos tiene una práctica muy interesante en cuanto al propósito: tiene abierta una página en la que los empleados pueden contar cuáles son sus sueños, puede ser algo fácil o difícil de lograr, y el resto de los empleados puede entrar a la página a comprar un sueño, esto quiere decir que alguien logra cumplir el sueño de la otra persona.
Segundo, el compromiso de los empleados hace que se reduzcan el ausentismo y la rotación, pero para que esto exista debe haber una estrategia clara de salario emocional que genere dicha vinculación.
Tercero, la resiliencia es un factor importante en un mundo tan cambiante, sobre todo con cambios en estructuras organizacionales debido a la tecnología y al cambio en tendencias que está movilizando el mundo a una nueva era, la nómada digital.
Y finalmente, enseñar compasión a los trabajadores que no consiste en ser querido, buena gente o tenerle pesar a alguien, sino en que realmente me importe el otro, tanto así como para hacer algo para colaborar, lo cual es el principio básico del trabajo en equipo, que hoy se ha perdido mucho en las empresas. Lo bueno es que la compasión se puede enseñar.
Aunque solo mencioné algunos estudios, son muchos los que se han realizado en la materia, y en los que se concluye que se requiere hacer un cambio de chip si quiere que su empresa pase a un nivel que se acomode a la nueva era, una en la que la gente sea feliz y más productiva.
En un entorno organizacional, hay momentos clave en los que un trabajador estrella debe salir del equipo, como el caso de Checho Pérez
Aunque no es tan visible, las fiestas de fin de año pueden traer o acentuar enfermedades como la depresión en la ansiedad