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Investigación del WFH Research Project asegura que los profesionales valoran la flexibilidad tanto como un aumento salarial de 10%
Al confinamiento por la pandemia hubo que ponerle el remedio del trabajo en remoto -que nunca ha sido verdadero teletrabajo- para mantener la actividad, como si fuera un parche de emergencia.
Y con nuevas incertidumbres, modelos diferentes de actividad y formas de trabajo en el horizonte llegó la promesa de una nueva normalidad, en la que se entremezcla el concepto del modelo híbrido con el de la gran dimisión. De momento, solo se atisban planes de vuelta a la oficina sin demasiada concreción sobre la presencia, y cada vez más empresas se tienen que esforzar para convencer a unos profesionales que no quieren seguir trabajando como antes de la pandemia.
Junto con la gran desbandada y las ansias de cambiar de trabajo, carrera o empresa, el mercado laboral global asiste a un boom de las ofertas de empleo que permiten el trabajo en remoto. Parece evidente que la libertad de trabajar desde cualquier lugar se ha convertido en uno de los incentivos más apreciados durante la pandemia. Una investigación del WFH Research Project asegura que los profesionales valoran la flexibilidad tanto como un aumento salarial de 10%. Y así, cada vez más organizaciones deciden adoptar este cambio para atraer y retener talento.
Orestes Wensell, director comercial Talent Solutions Right Management de ManpowerGroup, recuerda que "lo que quieren los profesionales es elegir, y la gran dimisión tiene que ver con esto. Por eso las empresas se ven obligadas a ser cada vez más imaginativas cuando se trata de retener talento".
Wensell cree asimismo que "el trabajo remoto ha surgido por necesidad para mantener la actividad, pero eso no es verdadero teletrabajo. Y la gente no quiere volver a la oficina para teletrabajar desde ella". El experto añade que "las organizaciones deben brindar cada vez más flexibilidad a sus profesionales. Debe darse una individualización máxima de cada propuesta a cada empleado".
Fenómeno real y cambio verdadero
Quizá el debate no está en cuántos días se teletrabaja y cuántos se ha de estar en la oficina. El teletrabajo de verdad debería ser la punta de un iceberg de cambios mucho más profundos y difíciles de gestionar. Por eso las empresas que brindan estas ofertas laborales en remoto -muy competitivas en lo que se refiere a retribución- están yendo mucho más allá de ese teletrabajo que no es ni ha sido durante la pandemia verdadero teletrabajo.
La cuestión es cómo influyen esas ofertas para teletrabajar a la posibilidad de volver a la oficina; o cómo afectará ese regreso al aumento o disminución de este fenómeno creciente de ofertas en remoto... ¿Acabará el uno con el otro?
El boom de las oportunidades de empleo en remoto es un hecho real. Y global. Según una reciente investigación de Ladders, los empleos que superan los US$100.000 brutos anuales de retribución se desplazan cada vez más al modelo de teletrabajo.
Los puestos con posibilidad de teletrabajar previos a la pandemia, según este estudio, representaron alrededor de 4% de todos esos trabajos, pero la cifra aumentó a 9% al final de 2020; y un 18% al final del año pasado. La conclusión es que una cuarta parte o más de los trabajos bien remunerados serán remotos para fines de 2022. Además, un estudio de ZipRecruiter concluye que los trabajos especificados como "remotos" ya reciben un 300% más de solicitantes que los puestos que no lo son.
Un ecosistema a la carta
Alberto Gavilán, head of talent en The Adecco Group, recuerda que "hay sectores concretos, como el de la tecnología de la información, donde aumentan las ofertas que permiten el trabajo en remoto".
De hecho, en este sector hay ejemplos claros de actividad para teletrabajar para administradores de red senior; ingenieros 'cloud', administradores de sistemas, gerentes de unidad de negocio o administradores de sistemas de ventas. Y en telecomunicaciones, las oportunidades para teletrabajar son para diseñadores de producto e ingenieros en remoto, asesores senior de marketing de producto, ingenieros especializados en plataformas de mensajería, arquitectos de datos, ingenieros de software, analistas de datos o especialistas en activación de contenidos.
Los roles tecnológicos dominan en la lista de los puestos mejor pagados en remoto elaborada por Ladders. En esa relación figuran el ingeniero de software, el ingeniero 'DevOps' y el ingeniero de datos. Se incluyen asimismo roles en gestión de productos y marketing de productos.
Orestes Wensell añade que "vamos a convivir con un ecosistema a la carta. El modelo híbrido será la tendencia general, pero en el sector tecnológico y en perfiles superespecializados el trabajo tendrá que ser en remoto por necesidad. Parece claro que no hay gente para cubrir muchos puestos y habrá que buscar gente en otros países para cubrir determinados perfiles muy demandados".
El director comercial Talent Solutions Right Management de ManpowerGroup añade que "las empresas tendrán que crear un ecosistema híbrido que atraiga y un menú a la carta para que los profesionales puedan elegir". Además, se muestra convencido de que "la vuelta a la oficina no va a afectar para mal a las ofertas laborales en remoto. Al contrario, éstas van a mantenerse por la escasez de profesionales en determinados puestos y perfiles".
Deslocalización y altos salarios
Parece claro que cada vez más candidatos a un puesto rechazan las ofertas si esos empleos no permiten teletrabajar, y Alberto Gavilán añade que "no se trata de algo general, pero en algunos sectores se da esta realidad del trabajo en remoto, y esto hace que las empresas tengan que dirigirse hacia otros modelos".
No se puede hacer oídos sordos a la deslocalización, ni a la emergencia del modelo de trabajo asíncrono, que implica una relación laboral en la que las personas se comunican en momentos completamente diferentes del día y no se espera una respuesta inmediata, ya que permite a los equipos colaborar y trabajar juntos en algo, pero en sus propios horarios.
Todo esto plantea dilemas derivados del hecho de que ya no es posible asociar el hecho de ver físicamente a la gente en el trabajo a la disponibilidad que puedan tener esos profesionales, y la nueva realidad nos empuja a interactuar siempre con gente que estará fuera de la oficina. Tendremos que acostumbrarnos a trabajar con gente que no está cerca físicamente, incluso en otros países.
Esa deslocalización geográfica facilita además el hecho de que las empresas tengan acceso a un abanico cada vez más amplio y variado de profesionales a los que reclutar, algo que soluciona el problema de un buen número de compañías, quejosas ante la evidencia de que no encuentran el talento que necesitan, por lo que una gran cantidad de puestos no se cubren.
La consideración del teletrabajo como herramienta definitiva para ser competitivo en ciertos perfiles, y no como mera herramienta de conciliación, nos lleva a comprobar que las ofertas en remoto llevan asociados salarios cada vez más competitivos.
Este boom de las oportunidades laborales que permiten el teletrabajo hace que nos acostumbremos a que los sueldos de aquellos que desarrollan su actividad en remoto estén condicionados por el lugar en el que viven, y por los costes que esto supone. A pocos les suena extraña ya la frase "dime desde dónde teletrabajas y te diré cuánto puedes ganar".
El informe Jobs on the rise de LinkedIn incluye al teletrabajo como un nuevo sector que genera perfiles y puestos demandados y cotizados. No se trata de un boom pasajero, ya que la existencia de un núcleo duro de posiciones cotizadas y muy demandadas en los dos últimos años le da un carácter sostenible a este fenómeno.
En un entorno organizacional, hay momentos clave en los que un trabajador estrella debe salir del equipo, como el caso de Checho Pérez