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No dar retroalimentación, tener preferencias personales y ser grosero son algunas de las características de un mal superior
La insatisfacción actual de los trabajadores es alarmante. De acuerdo con un estudio de la consultora Plurum, los empleados que no se sienten a gusto en su trabajo llegan a 80%. Además de eso, 25% de los encuestados reporta su trabajo como la mayor fuente de estrés a la que están sometidos. Del lado de las empresas, 38% tiene problemas para comprometer a sus empleados. Y muchas veces todos estos componentes están causados por una misma situación: un mal jefe.
Si usted es una de las personas que no se encuentra a gusto con el trabajo que hace, pero aún no ha encontrado una razón para explicar esa sensación, tenga en cuenta esta lista de diez señales brindadas por Mauricio Rodríguez, profesor experto en liderazgo de las universidades Externado y Los Andes.
1. Presenta su trabajo como si lo hubiera hecho él
Llevarse el crédito por el trabajo de los subalternos es la primera señal de que tiene un mal jefe. Este comportamiento va acompañado, generalmente, por otras situaciones como que su superior ni siquiera lo invita a la reunión donde van a discutirse sus ideas ni le da el crédito por su labor.
2. No le enseña con frecuencia algo importante
Muchas de las personas que integran la fuerza laboral actual mantienen su empleo porque este les enseña ciertas habilidades que, creen, les hará crecer profesionalmente. Por ello, si su jefe no imparte este tipo de conocimientos, no está aportando a su crecimiento.
3. No le da retroalimentación oportuna, franca y clara
El aprendizaje al interior de una empresa debe ir acompañado de la retroalimentación de sus superiores. Un empleado a quien su jefe nunca corrige o felicita puede sentirse perdido e, incluso, poco motivado. Contar con una brújula permanente que mida el aprendizaje es fundamental para que el trabajador sienta que cumple sus objetivos.
4. Tiene preferencias en su equipo de trabajo, discrimina a algunos y privilegia a otros por razones personales
El refrán dice que “lo malo de la rosca es no estar en ella”. Sin embargo, al interior de las oficinas las ‘roscas personales’ no deberían existir. Justificar ascensos o beneficios por este tipo de motivos rompe el clima laboral en tanto los méritos profesionales ocupan un segundo plano.
5. Es inseguro, teme que si a usted le va bien le puede quitar su puesto
En muchas ocasiones, no dar crédito por las ideas de los empleados es muestra de que su jefe es inseguro. Por tanto, necesita opacar su buen rendimiento. Este es solo un ejemplo de cómo funciona la inseguridad, que va atada a ideas de que si los subalternos tienen un buen desempeño, pueden quitarle el puesto.
6. No tiene un plan de desarrollo para su carrera conversado con usted
Como comentamos anteriormente, muchas personas se mantienen en un puesto por el aprendizaje que este les brinda y la proyección laboral que les hará tener. Por eso, es fundamental que los jefes sean una guía permanente para sus subalternos. Y no solo en términos de la retroalimentación de su trabajo diario, sino también en el desarrollo de carrera. Un jefe que lleva a cabo esta tarea se convierte en un mentor.
7. Es grosero
“Por ningún motivo se puede tolerar el irrespeto, de ninguna forma”, de acuerdo con Rodríguez. Muchas veces, estas muestras de irrespeto están atadas a la inseguridad de los superiores, que no tienen argumentos para defender sus posiciones e incurren en maneras groseras, tanto verbales como escritas, para mostrar su autoridad.
8. No tiene tiempo para usted
“Ser jefe, por definición, implica dedicarle tiempo a sus colaboradores”, señala Rodríguez. Esto significa estar dispuesto a dar una guía o responder dudas que se presentan diariamente en el lugar de trabajo.
9. No da línea
Si usted se encuentra confundido a la hora de realizar sus actividades laborales, seguramente su jefe sufre de este mal. Rodríguez describe esta señal como “es confuso en cuanto a los objetivos, los métodos, los recursos y los tiempos de las tareas que le asigna”. Es decir, no solamente es desordenado, sino que seguramente tiene una inseguridad para delegar responsabilidades, hacer el trabajo y los propósitos que quiere alcanzar con él.
10. No aplica lo que predica
Una de características fundamentales que describen a un buen jefe es la autoridad moral. Eso significa que actúa conforme a lo que piensa. Por eso, la décima señal de un mal superior es que “exige a los demás comportamientos de los que él no es buen ejemplo”, afirmó Rodríguez.