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Colombia necesita líderes que unan, en lugar de dividir. Líderes que construyan, en lugar de destruir. Líderes que inspiren, en lugar de desmotivar. Para nuestros siguientes años nos urgen líderes de verdad.
Cercanos a celebrar el bicentenario de la independencia, amerita hacer una reflexión sobre lo que hemos sido, lo que somos y lo que queremos llegar a ser como país.
El 7 de agosto del año 1819, el ejercito independentista, liderado por los generales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander lograron una victoria épica en la batalla del Puente de Boyacá, garantizando la independencia y la libertad de la Nueva Granada del imperio español.
Por cosas de la vida (o del realismo mágico), 142 años después, el 7 de agosto de 1961, nace en Santa Marta (la misma ciudad donde murió el general Bolívar), Carlos Alberto Vives Restrepo, a quien el destino le encomendó liderar una batalla cultural sin precedentes: liberar a los habitantes de la tierra del olvido, del complejo de ser colombianos.
Y lo logró. Carlos Vives nos ha liberado de nuestros complejos y frustraciones. Desde hace 30 años, su música se convirtió en el bálsamo de nuestras penas, pues siempre ha estado llena de amor, de esperanza, de unión, de diversidad y de conexión. Cada vez que lanza una nueva canción y la escuchamos por primera vez, el alma se oxigena, parece que la conociéramos de toda la vida, como si corriera por la sangre, como si fuera parte de nuestro ADN.
Su carisma, su liderazgo y el amor que siente por sus raíces son contagiosos y nos ayudan a ser mejores personas, mejores anfitriones con los que visitan nuestra casa y mejores embajadores de Colombia cuando viajamos por el mundo. Además, nos enseña con su forma de ser, que la sencillez, la humildad y la gratitud son los ingredientes que garantizan que el éxito perdure en el tiempo.
El ‘Patrón’, como lo llaman sus amigos, es un emprendedor visionario incansable. Su creatividad y capacidad de reinventarse no tiene límites. Su vigencia en los últimos años, siendo referente en todo lo que hace, es su sello de calidad. Creador de La Tele, del restaurante Gaira, de la escuela de música Riogrande, del sello musical Gaira Música Local, de la obra de teatro Pombo Musical, de la Fundación Tras La Perla y del género musical Tropipop, lo ubican en la distinguida categoría de la genialidad, de esos que nacen muy pocas veces.
“Tropipop is Back” es el más reciente proyecto que está impulsando Carlos Vives, un clarísimo ejemplo del liderazgo que deseamos los colombianos. Generoso y con el único propósito de abrirles nuevamente el camino, Vives está convocando y guiando a las estrellas del Tropipop, para revivir un género musical 100% colombiano, que quisieron acabar algunas cabezas brillantes del “management” y de la radio hace algunos años, pero que aún tiene todo el potencial para competir con el género número uno del momento: el reggaeton.
Es la oportunidad perfecta para que los artistas de nuestra tierra dejen a un lado la influencia perversa de la cultura reguetonera, y busquen nuevamente en las raíces del folclor colombiano, el ingrediente del éxito.
Hoy, 200 años después de nuestra independencia, pareciera que muy poco ha cambiado. El pueblo sigue sufriendo bajo el yugo implacable del imperio de la corrupción, la injusticia y la falta de oportunidades. Los emprendimientos se ahogan por las cargas tributarias, que solo se ven reflejadas en los bolsillos de unos pocos, manejando lujosos Lamborghinis y luciendo carteras Louis Vuitton.
Por eso, hoy más que nunca, anhelamos líderes como Carlos Vives. Líderes generosos que trabajen por el bienestar de los demás, que abran caminos para los que vienen atrás. Líderes apasionados por lo que hacen y que enseñan desinteresadamente cómo hacerlo.
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