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Entre enero y julio de este año, según el Sena, se han registrado 264.147 aprendices a través de los contratos de aprendizaje.
El paso de la vida académica a la laboral es uno de los momentos más importantes para los estudiantes que acaban su ciclo educativo y deben incorporarse a un empleo formal. Uno de los primeros pasos que se da en ese sentido es ser practicante o aprendiz, y en ambos casos las empresas y universidades cuentan con mecanismos diferentes de contratación.
Básicamente, son dos tipos de vínculos los que actualmente están vigentes en el mercado. El primero tiene que ver con las pasantías, las cuales se dan a través de un convenio entre las instituciones educativas y las compañías, aunque es una modalidad que no cuenta con una reglamentación clara.
La razón es que bajo esta figura no se pretende que el estudiante realice labores, sino que desarrolle su formación académica, por lo que no se exige un pago a los estudiantes y el reconocimiento es a discreción de las empresas.
La segunda figura para los estudiantes, y sí tiene reconocimientos salariales, corresponde a los contratos de aprendizaje, que permite incorporar a aprendices del Sena y a otros estudiantes universitarios de acuerdo con los requisitos de ley para las empresas.
Entre enero y julio de este año, según el Sena, se han registrado 264.147 aprendices a través de esta figura, lo que corresponde a 64% del cupo total de espacios de práctica habilitadas para este año, que suma 407.000 vacantes.
En 2016, se reportó que 30.917 empresas contrataron a 345.206 aprendices bajo esta modalidad.
La directora del Sena, María Andrea Nieto, destacó que esta figura es “la mejor forma de tener empleados que respondan a las necesidades de la industria, permitiendo a los aprendices terminar su formación en las compañías, pero no como auxiliares de fotocopias, sino como aprendices de las áreas a las que corresponden”. La funcionaria agregó que es un estímulo al empleo a través de la incorporación de los estudiantes y “que las personas de la industria sean conscientes de la importancia de vincularse más al proceso”.
Es clave conocer que estos contratos son, específicamente, una forma especial de vinculación, por un plazo no mayor a dos años, de acuerdo con la definición del Sena, en la que un aprendiz recibe formación teórica, mientras recibe apoyo por parte de una empresa patrocinadora.
Estos apoyos se dividen en dos momentos: en el primero, el estudiante recibe 50% de un salario mínimo, mientras cumple su etapa lectiva; y entre 75% y 100%, cuando pasa a la etapa práctica, dependiendo de la tasa de desempleo.
Cuando esta sea inferior a los dos dígitos, el reconocimiento a los practicantes será de un salario mínimo completo. Tal es el caso en este momento, si se tiene en cuenta que en 2016 el desempleo fue inferior a 10%.
Por el contrario, si la tasa total de desempleo es superior a dos dígitos, el salario de los practicantes será de 75%.
Diana Zuleta, asociada senior del área laboral de PPU, aclaró, sin embargo, que estas condiciones se cumplen solo para los estudiantes del Sena y que, en el caso de los contratos de aprendizaje firmados por estudiantes universitarios, el reconocimiento es de 100% de un salario mínimo mensual vigente (smmv).
La abogada dijo que “como empresa patrocinadora, se puede contratar dos tipos de aprendices, uno son los del Sena y otro son los universitarios, que se contratan como practicantes y lo hace valer como cuota Sena, pero eso solo es posible cuando hay cuatro o más aprendices, pues la contratación de universitarios no puede pasar 25%”.
Esto quiere decir que de cada cuatro aprendices que tenga una empresa, tres tienen que ser del Sena y solo uno podrá ser de otras universidades.
Monetizar como alternativa
Zuleta indicó que “hay empresas que prefieren monetizar la cuota de aprendices cogiendo 5% de la nómina y multiplicarlo por un salario mensual, como una cuota mensual”.
Sin embargo, la directora del Sena dijo que es más conveniente para una empresa abrir vacantes de aprendizaje. “Una compañía con 500 empleados requiere de 25 practicantes del Sena, que al monetizarlos le cuestan al año $221 millones”, dijo Nieto.
“Si los contrata en esta modalidad, los mismos 25 le cuestan $182 millones, que es un ahorro de 21%” y de paso contribuye con la formación de los estudiantes.
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