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El uso de chatbots ha ganado relevancia como aliados en conversaciones difíciles, aunque se destaca la importancia de considerar las implicaciones legales, éticas y políticas de su uso
Siendo conscientes de que la inteligencia artificial, IA, se encuentra en constante expansión, surgen preocupaciones sobre el papel que podría desempeñar en nuestras vidas. Sin embargo, ¿Qué pasaría si utilizáramos programas de IA para abordar problemas que generen miedo y ansiedad?
Investigaciones recientes sugieren que la IA podría ser una herramienta eficaz para enfrentar conversaciones cargadas de emociones, a pesar, o quizás gracias, a su falta de emociones propias.
Tomemos el caso de Brad, un hombre de 75 años que enfrentaba una conversación difícil con su hermana mayor. Brad temía abordar el tema de trasladar a su cuñado, de 80 años, a un centro de vida asistida. Temía que su hermana se opusiera y se sintiera herida. A pesar de su determinación para abordar el asunto con delicadeza, Brad no sabía cómo empezar la conversación.
Fue entonces cuando se exploró el potencial de la IA para ayudar en situaciones como estas. Brad recurrió a ChatGPT para ensayar la conversación en voz alta, recibiendo entrenamiento básico sobre cómo obtener respuestas útiles. Utilizando la IA para simular la dinámica de la conversación, Brad pudo practicar y recibir retroalimentación sobre diferentes enfoques.
La clave fue la capacidad de la IA para representar el papel de su hermana de manera creíble. Brad solicitó que la IA adoptara diferentes enfoques, desde amable hasta más agresivo, lo que le permitió practicar cómo responder a diversas direcciones en la conversación.
Lo más revelador fue cuando la IA planteó preguntas que cambiaron la perspectiva de Brad sobre su hermana, como considerar sus propias necesidades de salud como cuidadora principal. Esta apertura de visión le proporcionó una manera de abordar el tema sin culpa ni vergüenza, disipando sus temores.
El caso de Brad no es único. Otros han utilizado la IA para prepararse para conversaciones tensas, como negociaciones salariales o discusiones sobre temas íntimos. La capacidad de la IA para simular interacciones humanas y proporcionar retroalimentación ha demostrado ser invaluable en la gestión del miedo y la ansiedad asociados con estas conversaciones.
La aplicación de esta tecnología va más allá de lo comercial, extendiéndose a la comunicación personal. Sin embargo, aún queda mucho por explorar en este campo. La colaboración entre humanos e IA apenas está comenzando, y las posibilidades de transformación son enormes.
En un mundo donde las conversaciones difíciles a menudo se posponen por miedo al desconocido, la IA podría ofrecer una solución valiosa, transformando la tensión en transformación y ayudando a fortalecer nuestros argumentos mientras ilumina nuestros puntos ciegos.
En particular, el uso de chatbots ha cobrado relevancia como aliados en conversaciones difíciles, según el abogado y consultor en experiencia en asuntos de propiedad intelectual Wilson Rafael Ríos Ruiz.
Ríos destacó que herramientas de inteligencia artificial generativas como ChatGPT, Stable Diffusion, Bard y Genini de Google, Sora de OpenAi entre otras, se han vuelto cada vez más populares en el ámbito de la simulación de conversaciones delicadas. Estas tecnologías permiten practicar diálogos sobre asuntos familiares, laborales, personales, de género, religiosos, políticos y éticos, proporcionando un entorno controlado para ensayar y perfeccionar habilidades comunicativas.
El abogado enfatizó que si bien estas herramientas pueden ser beneficiosas para crear simuladores de conversación, es crucial considerar sus posibles implicaciones legales, éticas y políticas. La precisión y adecuación de las respuestas del chatbot dependen en gran medida de las instrucciones proporcionadas por el usuario, lo que implica una responsabilidad en su uso.
Es importante tener en cuenta que las consecuencias legales, éticas o políticas del uso de estas herramientas deben ser consideradas. Se recomienda un uso mesurado que ayude a abordar situaciones difíciles, pero siempre contemplando todos los posibles escenarios y perspectivas", advirtió.
Asimismo, Ríos subrayó que estas herramientas no deben reemplazar la esencia humana en la comunicación. Si bien el "humanismo digital" implica aprovechar la tecnología para facilitar la vida cotidiana, es esencial recordar que el interlocutor es una persona real, con emociones y reacciones impredecibles.
Además, Ríos comparó el uso de chatbots para practicar conversaciones con simuladores utilizados en otras profesiones, como los simuladores de vuelo para pilotos. Estos recursos digitales pueden proporcionar un entrenamiento valioso, pero siempre deben utilizarse con prudencia y ética.
De acuerdo a Ríos, es fundamental documentar y tener claro qué herramientas se utilizaron en casos donde las implicaciones legales están en juego. "El uso de inteligencia artificial puede comprometer diversos derechos, como los derechos de privacidad y propiedad intelectual, por lo que se debe proceder con precaución", comentó.
En el ámbito de la psicología, los chatbots están emergiendo como aliados valiosos en el manejo de conversaciones difíciles y emocionalmente cargadas, según la psicóloga clínica Laura Esguerra Riveros.
Esguerra destacó el papel transformador de la inteligencia artificial en el ámbito emocional, donde tradicionalmente se carece de herramientas y estrategias para abordar conversaciones incómodas. "A menudo, no se nos enseña cómo afrontar estas situaciones de manera efectiva. Las conversaciones sobre dinero, negociaciones o emociones pueden resultar desafiantes, y el sistema educativo suele dejar un vacío en cuanto a cómo enfrentarlas", señaló.
La psicóloga explicó que los chatbots ofrecen una solución innovadora al proporcionar un entorno seguro y controlado para practicar este tipo de conversaciones. "Es como tener un escenario ficticio donde podemos experimentar y perfeccionar nuestras habilidades comunicativas", afirmó.
Además, Esguerra resaltó el impacto positivo en el bienestar emocional de las personas. "La inteligencia artificial, especialmente a través de los chatbots, crea un espacio libre de juicio donde las personas se sienten menos ansiosas y más seguras para explorar y practicar", explicó. "Esto ayuda a reducir la ansiedad anticipatoria y a aumentar la confianza en uno mismo antes de enfrentar la situación real", agregó.
Esguerra enfatizó que el uso de chatbots permite a las personas explorar diferentes enfoques y recibir retroalimentación constructiva de manera amigable y sin presiones. "Para aquellos que son más introvertidos o se sienten intimidados por la idea de enfrentar estas conversaciones difíciles, los chatbots ofrecen una preparación más suave y accesible", concluyó.
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