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La combinación de diferentes generaciones puede ser benéfica para los procesos en una empresa.
Aproximadamente, 35% de la población laboral actual va a ser freelance en 2025, según la consultora Plurum. La razón va más allá de la aversión a los malos líderes o a la creciente preferencia a realizar proyectos específicos. Esta proyección también se relaciona con un indicador alarmante de insatisfacción laboral, pues según un informe de la misma firma, los empleados que no se sienten a gusto llegan a 80%.
Además de eso, 25% de personas reporta su trabajo como la mayor fuente de estrés a la que están sometidos. En cuanto a las empresas, alrededor de 38% tiene problemas para comprometer a sus empleados. Dicha falta de pertenencia por el lugar de empleo tiende a provocar que, en promedio, una persona trabaje en siete empresas distintas antes de cumplir 30 años.
Los indicadores de satisfacción también tienden a decrecer conforme pasa el tiempo. De acuerdo con los resultados del análisis de Plurum, el índice neto de felicidad de una persona disminuye en los primeros cinco años dentro de una empresa, pasando de 68% en su primer año a 61% entre dos y cinco años.
No obstante, las cosas tienden a mejorar tras el primer lustro, pues desde ese momento la tendencia se invierte y apunta al alza, llegando a 63% al cumplir 10 años y alcanzando 70% tras superar ese periodo de tiempo.
Esa combinación entre generaciones, donde se mezclan tanto baby boomers, como los miembros de la ‘Generación X’ y los millennials, no necesariamente es algo malo. De hecho, el director comercial de Plurum, Juan Guillermo Báez, destacó que “es algo a lo que se debe apuntar en una compañía”.
“Cada una de las generaciones tiene algo que aportar en la estrategia de una organización, pues se necesitan personas que sepan de estrategia y planeación, pero también se requieren perfiles de mucha energía y pasión a la hora de ejecutar dichos planes”, agregó.
Exceso de horas laborales
Otro de los problemas que se han identificado en Colombia es que el total de horas laborales tiende a ser excesivo. En el país, el promedio de horas laborales trabajadas al año se sitúa en 2.150, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
Con respecto a ese detalle, el problema en sí no es la cantidad de tiempo destinado al trabajo, sino el nivel de productividad que representan esas horas. En la muestra detallada en el estudio, compuesta por 24 países, Colombia tiene el segundo PIB per cápita más bajo después de Perú.
Frente a esos datos, se destaca que Colombia no es igual de productivo, pues mientras el PIB per cápita del país es solo 20% de algunos países europeos, las horas laborales representan 30% e incluso 40% más que esas mismas naciones, entre las que destacan Luxemburgo, Suiza y Noruega como las tres economías más importantes del muestreo.
¿Cuáles son las soluciones?
Una de las alternativas que ha evaluado alrededor de 90% de las empresas en Colombia tiene que ver con el incremento de salarios. De hecho, Plurum detalló en una encuesta realizada a 3.000 empresas que dicho incremento llega a 5%, frente a 6% de alza de la inflación en 2018 y el crecimiento del salario mínimo juntos.
“Hacer un incremento salarial es la esencia de mantener los mínimos vitales, entonces cuando una organización decide tomar esta alternativa busca ajustar al costo de vida las remuneraciones de su gente y a que no pierda poder adquisitivo”, aseguró el socio consultor de Plurum, José Caro.
Sin embargo, esta no es la única solución que se debe tener en cuenta para incrementar los niveles de satisfacción de los trabajadores. Al menos así lo detalla Andrés Ramírez, profesor de la Universidad del Rosario, la Universidad Sergio Arboleda y el Colegio de Estudios Superiores de Administración (Cesa), reconocido por ser el primer docente del país en abordar la felicidad como materia de estudio.
“Uno de los temas críticos en las empresas tiene que ver con el reconocimiento, pues pareciera que no es bien visto que nos agradezcan por hacer nuestro trabajo. Claro que a nadie le pagan por hacer el trabajo mal, pero se debe incentivar ese factor, no necesariamente desde lo transaccional”, subrayó.
El experto también detalló que, desde lo que le corresponde a la organización, da lo mismo hacer que no hacer en algunas organizaciones. Por ello, es importante trabajar en un liderazgo “ágil y cercano”, así como invertir en una cultura y un modelo de gobierno.
Báez destacó que las compañías colombianas también deben interiorizar el hecho de que el concepto de líder ha evolucionado más allá de aquella figura que se limita a dar órdenes. “Como creadores de experiencias, buscamos que ellos sean gestionadores de momentos. Lo importante ahora es tener líderes que acompañen, que retroalimenten y que sean mentores”, concluyó.
¿En qué puede contribuir la migración?
Según comentó Báez, la mano de obra de migrantes es importante por la influencia que ejercen en los esquemas laborales ya que son personas que tienen experiencia en otros mercados que, en algunos casos, son más avanzados. Por ello, tienen “habilidades para aportar ideas frescas a la realidad colombiana”. Con respecto al fenómeno migratorio de Venezuela, el ejecutivo resaltó que está llegando mucha gente capacitada, lo que permite tener mano de obra a unos precios mucho más competitivos.
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