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El padre Harold Castilla destacó que la Universidad Minuto es la de mayor cobertura en el país con sus 74 sedes.
Presencia nacional con impacto regional definen la misión educativa de la Universidad Minuto de Dios, una institución que este año cumple 25 años de funcionamiento . En el marco de la tercera visita papal, su rector, el Padre Harold Castilla, habló sobre las barreras de la educación superior, el Papa Francisco y sus lecciones educativas y empresariales.
¿Cuántos estudiantes tiene la Universidad Minuto de Dios?
Es una institución de educación superior que tiene 136.500 estudiantes y es la universidad más grande de Colombia desde el punto de vista de cobertura, estamos en 74 lugares. Es una cifra muy retante en el marco de nuestras funciones y de nuestra tarea misional que es llevar educación superior al alcance de todos, especialmente aquellos que no han podido integrarse al sistema. En ese marco de competencias, pretendemos formar a nuestros estudiantes con unos valores que les permitan ser buenos ciudadanos para Colombia.
¿Cómo ve el panorama de la educación en el país?
Ese es uno de los desafíos que tenemos en lo que significa apostarle a un país más educado, que encuentre el camino para el desarrollo de las personas y los territorios. Sabemos que la cobertura es de 52%, eso significa que hay muchas personas que no pueden estar insertas por distintas razones, especialmente económicas. También hay que hablar sobre la concentración. Las instituciones están en las grandes ciudades, y el resto del país, esa Colombia profunda, ¿tiene la educación que se merece?
En ese contexto, ¿qué es lo que más le preocupa?
Uno de los desafíos que tienen las instituciones para formar ese talento humano es la visión y el sentido de futuro que tenemos que interiorizar en los estudiantes. El futuro es algo de significado. Los estudiantes deben experimentar que tiene sentido formarse y las universidades tenemos una gran responsabilidad de formar en esa perspectiva.
¿Cree que la visita del Papa impacta en ese sentido?
Es muy significativa su presencia entre nosotros como ese hombre de grandes ideales que viene a mostrar una perspectiva espiritual, pastoral, de significado y de sentido. Las palabras del Papa tienen que recaer en esos 2,2 millones de estudiantes. Y no es una perspectiva simplemente confesional, Francisco es un hombre universal que nos está hablando de paz, fraternidad, de dar el primer paso hacia la construcción de nuevas sociedades que realmente nos integren y nos hagan sentir la pasión por construir un país mejor.
¿Qué aspectos destaca del perfil del Papa Francisco?
Es un hombre de mucha claridad intelectual, que pone sobre la mesa los temas grandes para dialogar. Francisco ha manifestado que es un hombre que sale al encuentro, que pone en diálogo su persona misma y los distintos factores sociales. Es un hombre de verdad, transparente y que pone el nombre que debe ser a las situaciones para que nos sentemos a encontrar soluciones.
¿Qué mensaje deja a la educación?
Un gran mensaje es el compromiso en la acción de nuestras convicciones, ideales, principios y valores. Es cómo pasamos de todo eso a la acción, cómo somos coherentes con un modo de vida y una forma de construir sociedad.
Y, ¿para las empresas?
Estos años de papado han sido de actualización del discurso de la doctrina social de la Iglesia y para el discurso empresarial hay un mensaje muy claro: el valor compartido. No es solamente el valor para los inversionistas, sino que tenemos una responsabilidad con Colombia.
El rol de las universidades
El rector de la Universidad Minuto de Dios, el Padre Harold Castilla, aseguró que “una universidad no es más o es menos por su posición confesional”. En ese sentido, afirmó que todas las instituciones deben tener un mismo interés: “estamos formando el talento humano colombiano y construyendo ese futuro, que es el presente de los estudiantes, pero el futuro de la Nación”. El sacerdote concluyó que las universidades deben integrarse y crear puentes, puesto que, ante todo existe una responsabilidad ética y un compromiso humanista.