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Mientras la ganadora de 39 Grand Slam se retitró para dedicarse a su familia, Nadal no creía que la paternidad implicara un cambio
“Si fuera hombre nunca me habría tocado tomar la decisión entre el tenis y formar una familia, eso es injusto”, dijo Serena Williams al anunciar su retiro.
A pesar de la exitosa trayectoria de Williams, que acumula un total de 39 títulos de Grand Slam: 23 de ellos individuales, 14 en dobles femeninos y dos en dobles mixtos; también llegó a ese momento en el que le tocó decidir si seguir avanzando en su carrera o dedicarse a su familia.
Se trata de una dicotomía que afecta, principalmente, a las mujeres; de hecho Williams, de 41 años, es quien se retirará del deporte mientras que su esposo, Alexis Ohanian, a los 39 años sigue jugando y no piensa retirarse por el momento. De hecho, cuando Rafael Nadal anunció que iba a ser padre, dijo: "no tengo previsto que esto suponga un cambio en mi vida profesional".
En Colombia, la realidad para las mujeres no es muy distinta. Según cifras del Dane, en 2021 la mayoría de mujeres inactivas en edad laboral se dedicaba a las labores del hogar (56,2%), mientras una de cada cuatro de ellas está estudiando (25,5%). En contraste, casi la mitad de hombres inactivos estaba estudiando.
Siendo la educación uno de los principales factores de movilidad social, el acceso a la educación es determinante y lo anterior se refleja en las cifras de empleabilidad. El año pasado, la tasa de desempleo más alta correspondía a mujeres con educación secundaria (16,7%), mientras para los hombres con el mismo nivel de formación el indicador era de 9,8%.
De hecho, “si el trabajo doméstico y de cuidado tuviera remuneración monetaria, sería el sector más importante de la economía, por encima del sector de comercio (7,5% del PIB), el sector de administración pública (14,6% del PIB) y el de industria manufacturera (11, 9% del PIB)” anotó el Dane en un informe de 2020.
En ese mismo año, las mujeres aportaron 78,4% de las 36,5 millones de horas anuales dedicadas al trabajo doméstico. La brecha en el trabajo doméstico, entonces, es significativa, y eso se refleja en falta de oportunidades en el mercado laboral.
“A estas dificultades se les denomina techo de cristal porque son barreras no visibles, no declaradas, nadie dice “no te contrato por ser mujer” porque se mete en problemas jurídicos. Pero, sí se manifiestan internamente, y son impedimentos para que la mujer acceda a cargos de mayor relevancia", explicó Iván Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario
Sin embargo, explica, Liliana Padilla de la Ossa, directora de la Maestría en Gerencia y Desarrollo de Personas de la Universidad de La Sabana, este panorama ha venido evolucionando, conforme avanzan las luchas de las mujeres por la paridad de género y se distribuyen mejor las labores del hogar.
"Hoy en día, las mujeres han podido establecer ese camino y buscan grupos de apoyo que les facilitan concretar sus ideales y ser excelentes referentes en sus hogares y en sus organizaciones; es necesario romper los paradigmas y ver que la contribución de los hombres y las mujeres a la familias y a la sociedad es por igual", dijo.
En línea similar María Claudia Martínez, socia de DLA Piper Martínez Beltrán, dijo que si bien hay un techo de cristal impuesto por la sociedad, muchas veces son las mismas mujeres las que se lo imponen, por cuenta de lo que han visto sobre las dificultades de tener hijos y llegar a la cima de su carrera. "Esto ha mejorado porque las mujeres son más conscientes de ese techo de cristal, y de quererlo romper, y las empresas han dado incentivos para eliminarlo, por ejemplo, ofreciendo más flexibilidad", concluyó.
En cargos ejecutivos, la brecha salarial es de 17%; en gerencias senior de 7%; y en posiciones profesionales la diferencia llega a 20%
La integridad laboral se ha convertido en un desafío estructural tanto para el mercado laboral colombiano como latinoamericano