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Carvajal redefinió su política corporativa.
¿Se puede inculcar la creatividad y vocación innovadora en un equipo de colaboradores? Esa fue una pregunta que nos hicimos en la Organización Carvajal cuando decidimos volver a tener la innovación en el centro del negocio, y nos permitió definir cinco pasos que nos encaminaron a una cultura de innovación; proceso en el que seguimos avanzando, dado que la innovación está en permanente evolución.
1. Plantear la innovación como reto común.
El primer paso fue redefinir nuestra política corporativa de innovación y plantear esta capacidad como un reto compartido por toda la Organización; fijamos una meta de ingresos para medirla e hicimos un llamado para que nuestros colaboradores miraran las necesidades de clientes y consumidores como fuente para desarrollar ideas y generar soluciones con visión de innovación desde el mercado.
2. Crear equipos dedicados a la innovación.
Consideramos importante contar con un equipo 100% concentrado en liderar el tema. Ellos evalúan necesidades identificadas en el mercado, para proyectarlas como ‘retos de innovación’ y velan por su desarrollo hasta convertirse en modelos de negocio, productos, servicios y/o experiencias diferenciadoras.
3. Abrir espacios de participación y formación.
Pusimos en marcha una convocatoria y la respuesta fue asombrosa. Más de 200 colaboradores se postularon para liderar las ‘Células de Innovación’. Seleccionamos un primer grupo de 25, con características como: proactividad para ideas ingeniosas y flexibilidad para generar oportunidades, experimentar y aprender de los errores. Recibieron capacitaciones para potenciar la creatividad, metodologías para identificar necesidades y técnicas de facilitación grupal para desarrollar soluciones innovadoras. Así le apostamos al talento con liderazgo.
4. Desarrollar herramientas interactivas.
Resultó clave también alentar a todos los colaboradores a participar y dejarles saber que sus aportes son importantes. Para lograrlo, creamos la APP Aquí. Work, mediante la cual pueden publicar y compartir necesidades que identifiquen en el mercado. Ha sido descargada por 1.500 usuarios y se han publicado 158 necesidades de mercado; 12 se han convertido en retos, que trabajamos en Laboratorios de Innovación, espacios acondicionados para propiciar la ideación y creatividad.
5. Definir y entregar los incentivos adecuados.
Más allá de tradicionales incentivos económicos, es importante brindar otros estímulos para activar la innovación, entendiendo las motivaciones de la creciente base de colaboradores millennials. La experiencia revela que a esta generación le gustan los retos que ponen a prueba sus capacidades, aportar a los objetivos de la Organización y que sus contribuciones tengan visibilidad; les interesa exponerse y demostrar su valor ante los directivos. Por ende, diseñamos un programa de reconocimientos con experiencias memorables para nuestros colaboradores, entregados en las diferentes etapas del proceso.
Este camino nos llevó a encontrar una respuesta en Carvajal: sí se puede cultivar la innovación para hacer las cosas bien. El flujo de ideas se enriquece cuando no es vertical -de directivos hacia colaboradores-, sino que crece en una horizontalidad en la que todos pueden participar, brindando seguridad y confianza para potenciar el talento humano propio.
Estas experiencias y aprendizajes pueden contribuir a que otras organizaciones encuentren su propia fórmula para movilizar la innovación. En Carvajal, continuamos fortaleciendo esta cultura para que siga dando frutos, entre los cuales está el Plan Padrino de Innovación de la Andi seccional Valle, en el cual tenemos el rol de mentores de otras empresas para el desarrollo de una cultura de innovación.
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