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Durante el mundial de Rusia el teletrabajo cobró mucha fuerza.
El llamado trabajo en casa o home office, comenzó hace más de 10 años como una novedosa pero tímida tendencia liderada por los jóvenes ejecutivos de las multinacionales tecnológicas alrededor del mundo.
A pesar de que enfrentó cierta resistencia por parte de muchos sectores, dado que significaba un cambio radical en el mundo corporativo tradicional, el teletrabajo es hoy una realidad que gana cada vez más adeptos y se ha convertido con el tiempo, no sólo en una herramienta de competitividad, sino también en un factor clave para la atracción de talento.
Hoy, ya no se habla más del home office como una tendencia o algo fuera de lo común, por el contrario, se asume como un diferencial corporativo en donde se beneficia tanto el empleado como la compañía.
Las empresas que han adoptado y desarrollado esta apuesta como una política consistente y han visto incrementos en los índices de productividad, reducción de los costos asociados a los traslados, una curva acelerada en la adopción de herramientas tecnológicas y aumentos en los grados de compromiso y satisfacción de sus colaboradores.
En épocas como la del Mundial de Rusia, las políticas de home office en las empresas cobraron más relevancia. Los horarios de los partidos en Colombia no son los más amigables con los fanáticos del fútbol que deben cumplir un horario laboral, por lo que tener la opción de quedarse en casa y organizar su tiempo para poder disfrutar de este espectáculo es una gran ventaja.
Además, las personas que tienen acceso al beneficio de trabajo en casa han encontrado mejoras en sus niveles de energía, reducción de sus días de incapacidad y mayor tiempo de calidad en entornos familiares.
El mito de que el teletrabajo era algo pasajero y generacional se ha ido rompiendo poco a poco, pues la flexibilidad ocupa uno de los puestos más altos en la lista de deseos de los empleados de todas las edades: desde nuevos padres que necesitan encontrar el balance entre el trabajo y el cuidado de sus hijos, hasta los trabajadores más jóvenes que esperan poder aprovechar la flexibilidad que brinda la tecnología para permitirles aumentar su productividad en cualquier momento y en cualquier lugar.
Para nadie es un secreto que retener el talento y mantenerlo motivado, especialmente el de las nuevas generaciones y los llamados millenials, se ha convertido en un verdadero desafío para reclutadores y departamentos de recursos humanos.
Políticas como el home office o los horarios flexibles, han probado ser un diferencial para los colaboradores, así como un motivador que genera retención en todos los grupos generacionales.
Ahora bien, el trabajo en casa no es la fórmula secreta del éxito empresarial. Se trata más bien de una política de recursos humanos que, bien estructurada, permite maximizar el bienestar y reducir costos de diversos orígenes.
Los casos de éxito de diferentes industrias a nivel mundial muestran que una correcta implementación de la política de home office depende de una profunda alineación con los valores de la compañía, el desarrollo de una cultura organizacional orientada a las personas y un acuerdo de expectativas entre los líderes y sus equipos. Se trata de confianza.
En este sentido, consiste en adoptar una decisión y una visión gerencial diferente, la cual supone innovar y retar la forma tradicional en que operan las compañías actualmente en el país.
Es así como el home office puede convertirse en una herramienta de competitividad empresarial.
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