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Dos de cada tres empleados en México han tenido que lidiar y trabajar codo a codo con compañeros con personalidades conflictivas que hacen más complicado el ambiente
¿Tienes un compañero de trabajo tóxico? Si tu respuesta es sí, entonces eres parte de la mayoría que ha lidiado o sigue lidiando con una personalidad así en su ambiente de trabajo. De acuerdo con una encuesta de CompuTrabajo, poco más del 70% de las personas trabajadoras en México ha colaborado con alguien con este tipo de colegas.
Sin embargo, a decir de especialistas, estos “choques” o la calificación de “tóxico” hacia un compañero de trabajo puede estar vinculado con una diferencia de personalidades o incluso de enfoques.
Por ejemplo, la investigación del psicólogo organizacional Adam Grant concluye que en un ambiente de trabajo donde dominan quienes suelen “aportar” (givers) no hay espacio para quienes sólo suelen “absorber” (takers). Esto es porque los primeros tienen un sentido de altruismo y colaboración; la otra personalidad suele tener una visión más individual y privilegian sus intereses por encima de las necesidades del resto del equipo.
“Normalmente tipificamos como compañero tóxico al que es agresivo o expresa sus emociones de una manera más ruda y no necesariamente se genera un conflicto”, expone Arístides Ramírez, director general de Ariva Consultores. Desde la perspectiva del especialista, las personalidades tóxicas en el trabajo pueden agruparse en:
Egoísta: Siempre quiere ser el centro de atención y destacar, con un sentido de competitividad basado en “pisotear a los demás”.
Imitador: Para no generar conflicto, no se involucra ni propone soluciones. No aporta nada al entorno de trabajo.
Grosero: No siempre es agresivo, pero constantemente busca humillar a los demás; encuentra un problema en cada solución y es negativo solamente por llevar la contraria.
Mediocre: no busca desarrollarse profesionalmente, pero no quiere que nadie más crezca.
Para Denise Caltum, directora general de la firma P3Program, las personas tóxicas o conflictivas en el trabajo en muchas ocasiones “no saben que lo son”. En el concepto de compañero tóxico pueden englobarse a los que no saben trabajar en equipo y que no apoya a los demás.
“Una persona tóxica puede hacer que los demás no tengan ganas de ir a trabajar, puede dañar el trabajo en equipo y la productividad. Detectar la manzana podrida que puede afectar al resto de las frutas es el primer paso, pero a nivel organizacional tenemos que entender el por qué se está comportando de esa manera y ayudar en el desarrollo personal”, apunta la especialista.
Los especialistas coinciden en que el comportamiento de los compañeros de trabajo también influye en la construcción del clima organizacional, además de factores como el liderazgo o las condiciones de trabajo.
¿Por qué se generan los conflictos?
Desde la óptica de Arístides Ramírez, los conflictos entre colaboradores pueden derivar de una mala actitud por problemas intrapersonales (ausencia de inteligencia emocional), por ausencia de una cultura de colaboración que puede generarse por la diferencia de personalidades o por el ritmo de trabajo.
Denise Caltum considera que en algunas ocasiones las personas conflictivas pueden estar buscando de manera inconsciente reconocimiento o aprobación. “Somos seres diferentes y muchas veces le damos un valor diferente a las cosas, claro que siendo tan distintos se puede causar fricción entre compañeros, pero tratando de empatizar con los demás es la manera en la que podemos sumar y no restar, entendiendo que hay muchas maneras de hacer las cosas”.
Los conflictos entre compañeros, agrega Arístides Ramírez, también pueden surgir cuando no hay claridad en lo que se espera de la otra persona. Por ejemplo, “tenías la expectativa de que un colega te ayudara en un proyecto, pero nunca le pediste el apoyo”. De igual manera, los “choques” en los equipos de trabajo se manifiestan cuando éstos se construyen bajo un mismo perfil, es decir, sin diversidad, lo que genera problemas cuando de pronto llega una personalidad distinta.
“Uno de los problemas es la ausencia de la confianza, el otro curiosamente es el temor al conflicto. El miedo a ser políticamente incorrecto o disentir también genera un conflicto porque no se coalicionan las ideas, porque estoy de acuerdo contigo para no generar un problema”, señala el especialista.
Recomendaciones para mejorar el clima laboral
Para Denise Caltum “cada persona que integra la organización tiene una cierta responsabilidad de cuidar el ambiente laboral”. En ese sentido, una de las vías para mejorar las relaciones entre compañeros es evaluar la situación sin engancharse y analizar el fondo del conflicto.
“Si logramos tomar una posición de perspectiva ante tal situación, como si nos saliéramos del escenario, y logramos empatizar con la persona tóxica o conflictiva, nos daríamos cuenta que está buscando algo y esa es la razón por la que se comporta de cierta forma. Tratar de ver la situación con perspectiva y sin engancharnos es un buen paso para minimizar el conflicto”, recomienda la especialista.
Frente a estas personalidades, Arístides Ramírez opina que una de las claves es fomentar la escucha activa para entender y no para responder.
“Si tú quieres generar la solución a un conflicto, primero tienes que saber si quieres resolver la situación o ganar en la situación. Cuando tú quieres ganar, entonces generas una condición de escucha para responder, pero si te interesa resolver la situación, escuchas para entender cuál es la postura de la persona y en determinado momento tratas de pensar desde qué punto de vista está viendo la problemática la otra persona”, detalla.
Por otra parte, el especialista señala que la “regla de oro” en las relaciones de trabajo es proyectar lo que esperas recibir, entender que cada persona tiene distintos puntos de vista y realidades y gestionar de mejor manera los errores, percibiéndolos como aprendizajes.
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