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No solo la economía circular impacta de manera positiva en los aspectos ambientales y sociales; la economía colaborativa se ha encargado de llevar a la práctica con la tecnología nuevos hábitos de consumo de triple impacto: económico, ecológico y social. Hospedaje, trabajo y vehículo compartido son las nuevas formas de consumo que crecen en nuestro país.
Por tanto, se presentan oportunidades de negocio para aquellas compañías que impulsan el intraemprendimiento, o para aquellos locos soñadores que vibran por un mundo mejor. Para emprender en el mundo colaborativo no se requiere de grandes inversiones, basta una buena idea, una pizca de sentido común, un gran espíritu solidario y mucha creatividad.
Estamos cambiando el chip como sociedad y el turno es para quienes se atreven a soñar con un mundo mejor desde los valores sociales, comunitarios y colaborativos. Estos “nuevos” valores que nos identifican como sociedad hacen que nuestros hábitos de emprendimiento, y por supuesto de consumo, se estén alineando con ellos.
Hoy, nos movilizamos de otra manera. Las nuevas generaciones ya no anhelan trabajar como las anteriores para tener un vehículo, pero quienes lo hacen, lo hacen pensando desde su impacto social o ambiental. Las bicicletas, las patinetas y los carros eléctricos están en el radar de personas de diferentes edades a quienes no les importa su precio sino hacer su aporte socio ambiental.
El carpooling, una práctica colaborativa que promueve el uso de transporte compartido, normalmente en vehículos particulares y que nació hace muchos años en los Estados Unidos bajo el nombre de hitchhiking, ha tomado fuerza tras la pandemia en Colombia. Aplicaciones que ofrecen cupo para desplazamientos intermunicipales a bajo costo son las más usadas hasta ahora. Las principales ventajas que trae este modelo son las de reducir el tráfico, pues se calcula que en nuestro país se moviliza 1,6 personas por vehículo. Al hacer carpooling se estarían mejorando este índice y la cantidad de vehículos en la vía. Ahorros tangibles, tanto para el pasajero como para el propietario del vehículo, más comodidad, oportunidades de relacionamiento y por supuesto menos emisiones de CO2 al medio ambiente.
Ideas innovadoras se han tomado en Medellín en lo que podría verse desde la perspectiva del carpooling “sostenible” y además con carácter corporativo, usando pequeños vehículos eléctricos, en los que se transportan desde individuos que creen en la movilidad limpia hasta organizaciones que los ponen a disposición de sus colaboradores y ejecutivos para su desplazamiento.
Mediante un pago mensual racional y una inversión de menos de $40.000 al mes en la recarga, cualquier persona puede moverse de manera responsable, compartiendo los gastos del vehículo con otros. Este modelo ha revolucionado la manera en que las personas tenían acceso a un vehículo con unas cuotas mensuales mucho más altas al igual que el pago de impuestos y manutención.
La era de la colaboración llegó para quedarse y la pandemia ha hecho lo suyo en acelerarla. Hospedaje compartido en AirBnb y trabajo colaborativo en espacios de coworking son apenas el principio de toda una migración económica social y sustentable. Los conflictos del pasado y los nuevos hábitos tras la pandemia nos mostraron los beneficios de este tipo de economía, que tiene como fin aprovechar de la mejor manera nuestros recursos.