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Analistas 19/07/2021

Networking y sostenibilidad

Adriana Gutiérrez Ramírez
Gerente de Bloom Ecoworking
Adriana-Gutiérrez-Ramírez

Sin duda, el término “sostenibilidad” cada vez está más presente en todos los ámbitos de nuestras vidas, no solo como consumidores, sino cómo profesionales; un término que debemos dejar de relacionar solo con el medio ambiente y empezar a incorporar a otros ambientes como el social y el económico. Entendiendo que estamos ante un modelo económico circular que se ocupa de estos tres ejes y que lo convierte en un enfoque sistémico en crecimiento que cala con fuerza en muchos aspectos de nuestras vidas.

En la vida organizacional cada vez más está presente, pero hasta ahora desarticulado de algunas estrategias importantes que permiten generar ventajas competitivas, como las que establece el marketing relacional del cual mucho nos habló Regis McKenna (Relationship marketing, 1993) entre muchos otros, diciendo que para lograr ser sostenibles tenemos que establecer unas verdaderas relaciones con todos los que conforman la cadena y, por supuesto, con nuestros clientes, haciendo de esas relaciones duraderas, es decir, sostenibles.

Vender un producto ecoamigable es importante, y garantizar que toda la cadena de suministro o productiva sea verdaderamente sostenible es la preocupación y enfoque que las organizaciones le están dando a sus modelos circulares, pero esto también va mucho más allá del producto, y es aquí donde las relaciones adquieren un valor y una importancia fuerte y obviamente de alta relevancia.

La relaciones corporativas y el networking son estrategias que encajan muy bien en los modelos económicos circulares y, por supuesto, colaborativos. Dos grandes tendencias económicas que llevadas al plano organizacional pueden convertirse en aspectos claves de éxito en la recuperación económica post pandemia que todos están buscando y deseando.

Y esto realmente no es algo que me esté inventando. Existen teorías y personas que se han ocupado de estos temas desde el mercadeo como ciencia social. Es el caso de Belz y Peattie en su libro ‘Marketing de Sostenibilidad’ (2010), obra a la que acudo mucho por el poder de su simpleza para explicarla, y del que mencioné de Regis McKenna.

Hablo de sostenibilidad desde el punto de vista mercadológico, porque me interesa que quienes leen mis columnas entiendan que no se trata de una teoría peregrina o de una moda pasajera y que al final son más de 50 años de estudios e investigaciones adelantados y en muchos países.

Peattie y Belz definieron el concepto como la construcción y el mantenimiento de relaciones sostenibles con los clientes, el ambiente social y el ambiente natural. No es raro escuchar hoy en día que el sostenimiento de esas relaciones surja de dinámicas de networking que genera ese relacionamiento de valor entre personas y organizaciones de diversas naturalezas y tamaños. Tampoco es extraño hoy en día que se dé una relación sostenible entre una organización de gran tamaño con un joven emprendedor por ejemplo, con fines estratégicos, o quizás entre dos organizaciones pares o profesionales de diversas especialidades.

No estamos en una mundo interconectado por las relaciones corporativas para un proyecto puntual y adiós. Hoy las relaciones se construyen a largo plazo, con la mirada puesta en lo social y ambiental, no como antes que eran momentáneas.

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