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El presidente Petro y sus asesores regresaron de la COP28 de Dubái hablando nuevamente de los grandes logros internacionales del presidente “visionario” que va a evitar que el mundo viva una catástrofe climática. El presidente colombiano reiteró que Colombia NO va a firmar nuevos contratos de exploración y explotación petrolera, aunque, asumo, lo continuará haciendo vía Pdvsa/Venezuela.
Y la Casa de Nariño también celebró que Colombia ahora venga siendo miembro honorario del tratado de no proliferación de combustibles fósiles y es ahora “partner” de, lean esto, Vanuatu, Tuvalu, Fiyi, las Islas Salomón, Tonga, Niue, Timor Oriental, Antigua y Barbuda, y Palau. Adivina usted bien, apreciado lector, NINGUNO de esos países produce hoy petróleo o gas natural...El único país esquizofrénico que se ha atrevido a firmar un papel que asegura que el país en cuestión se torne aún más pobre en el futuro, se llama Colombia.
El actor (mamerto) del “Hombre Increíble” celebró la actitud de Petro desde su mansión en Hollywood, que seguro gasta más energía en un año que Tuvalu, y los de siempre en Colombia celebraron que en el futuro los colombianos menos favorecidos vayan a tener que cocinar con leña nuevamente. Pero en esta columna me quiero referir a algo diferente a la demagogia de Petro, y más bien enfocarme en su completa ignorancia sobre el “hacia donde” está avanzando la ciencia.
Como Petro no entiende inglés, es muy probable que no se haya enterado de que la discusión de los instrumentos para atajar el cambio climático cada día se está enfocando más en la necesidad de avanzar rápidamente en nuevas tecnologías atadas a recoger el exceso de carbón que hoy ronda en la atmósfera, y en la necesidad de avanzar en la geoingeniería solar, así esta suene como un experimento suicida para algunos.
El mundo lógico ya entendió que es una injusticia sin posible comparación que el mundo desarrollado se atreva a exigirle a la India que consuma menos petróleo, cuando hoy consume 1,2 barriles de petróleo per cápita por año, mientras que un ciudadano norteamericano del común consume 23 barriles de petróleo por año, mejor dicho, 19 veces más que un ciudadano promedio de la India.
Por lo tanto, la única solución posible a este problema global que tenemos enfrente es la siguiente: (1) seguir avanzando en la utilización incremental de energías alternativas, implicando que Petro debería crecer exponencialmente la explotación de minerales en Colombia, (2) seguir disminuyendo la utilización de carbón en termoeléctricas, implicando que Petro debería impulsar la exploración explotación de gas natural para exportarlo a China e India, y (3) proteger las selvas colombianas y financiar programas agresivos de reforestación en Colombia.
Mientras tanto, el mundo desarrollado no tiene opción diferente a financiar de una forma mucho más rápida y decidida a la industria de recoger carbón de la atmósfera, tecnología que aún sigue siendo muy cara. Avances en técnicas para incrementar la incidencia de “chemical weathering” o “carbonation curing”, por ejemplo, o avanzar en nuevas tecnologías para capturar al instante el CO2 emitido por camiones, buques interoceánicos, o generadoras termoeléctricas, deben ser prioridad. Insistir en el “decrecimiento económico” deja el mensaje ante el mundo de que Colombia es una vil República Bananera. Terrible que Petro y su gente ni cuenta se den...
