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Analistas 04/03/2024

No, la culpa NO es de las tasas

Alberto J. Bernal-León
Jefe De Estrategia Global, XP Investments

En mi columna pasada en este diario me referí al grave problema de crecimiento que está sufriendo Colombia. Hace un par de semanas quedó claro, después de la publicación de los datos oficiales del Dane, que la cosa por el lado del crecimiento está color de hormiga. Ahora, lo increíble acá es que la gente se sorprenda de que esto esté pasando. Señor lector, yo, por lo menos, no me olvido de haberle oído decir a la señora Irene Vélez hace un par de años desde Cartagena en un evento de algún gremio que el “decrecimiento” económico era el único camino viable para Colombia y el mundo si la “humanidad” había de “salvarse” de la catástrofe climática que se viene. Como he argumentado mil veces en este espacio, el petrismo es el hermano gemelo del parroquialismo, mejor dicho, de la poca profundidad en la presentación de argumentos, una que, además, se junta con una patética soberbia.

Amigos petristas, al mundo lo va a salvar la inteligencia de Elon Musk, no la demagogia barata de Irene Vélez o del presidente Petro. Que Colombia se monte en el bus del “decrecimiento” ni va a salvar los ecosistemas de Colombia ni al mundo, esa política lo ÚNICO que logrará será incrementar el hambre en el país. El ministro Bonilla culpó la pobrísima cifra de crecimiento en la decisión del Banco de la República de subir las tasas de interés para lograr controlar la desbordada inflación que ha venido afectando a la economía de Colombia desde hace un par de años.

Es obvio que el incremento de las tasas de interés ha tenido un efecto negativo en la capacidad de los consumidores de comprar bienes durables y de las empresas de modernizar su capital fijo. Pero la caída de la inversión en Colombia fue mucho más pronunciada que la que se vio en otros países de la región que también tuvieron que incrementar sus tasas de interés para controlar el brote inflacionario que sufrió el mundo por culpa de los problemas que se presentaron en las cadenas de producción globales durante la pandemia y por los efectos perversos sobre el precio de los alimentos y la energía que dejó el conflicto entre Ucrania y Rusia. En el caso de Colombia el colapso de la inversión alcanzó 24,8% año/año, una cifra que, a propósito, superó el colapso visto en este rubro durante la pandemia, algo completamente increíble. Bueno, increíble a menos de que uno incluya la demagogia del “decrecimiento” dentro de la lógica del pensamiento...

El Banco Central de Brasil se vio obligado a subir sus tasas de interés de 2% nominal a 13,75% para controlar el brote inflacionario que ese país ha sufrido durante los últimos años, y México se vio obligado a subir sus tasas de intervención de 4% a 11,25%. En el caso del Banco de la República, el incremento fue de 1,75% a 13,25%. Pero la caída de la inversión en Brasil durante 2023, con data hasta el tercer trimestre tomando los últimos cuatro trimestres acumulados, muestra que la caída de la inversión bruta en ese país solo alcanzó 1,1% año/año y el PIB total creció 3.1% año/año con corte al tercer trimestre de 2023. En el caso de México la data oficial muestra que para el año corrido finalizando en el tercer trimestre de 2023, la inversión bruta se incrementó, oigan esto, 17,9% año/año a pesar del incremento de las tasas de interés que decretó Banxico. En conclusión: señores del gobierno Petro, el problema NO son las tasas, el problema es su política económica.

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