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Analistas 19/09/2022

Petro en Nueva York

Alberto J. Bernal-León
Jefe De Estrategia Global, XP Investments

Me cuentan que el presidente Petro estará en NYC la semana entrante para las reuniones anuales de las Naciones Unidas, y que aprovechará el viaje para reunirse con inversionistas. Escribo esta columna el jueves 15 en la noche acá en NYC, antes de atender una reunión que tendrá el ministro Ocampo en esta ciudad con los fondos de inversión. No tengo duda de que el Ministro Ocampo tendrá unas reuniones muy cordiales con los inversionistas, pues a pesar de que él representa un gobierno que en la mayoría de los temas piensa completamente diferente al consenso de los inversionistas, es claro que el ministro Ocampo conoce muy bien cómo es la dinámica de estas reuniones. Creo, sin embargo, que es poco probable que el presidente Petro maneje bien la cosa. Por ejemplo, dudo que el presidente Petro matice su lenguaje y sus visiones sobre la economía cuando se dirija a los inversionistas, y ese hecho es problemático, pues generará aún más incertidumbre en los mercados.

Espero equivocarme, pero no creo. Igual le presento al presidente unos consejos no pedidos sobre cómo manejar las reuniones que se le vienen. Les presento mi especulación sobre cuáles serán las preguntas que recibirá el presidente Petro. La primera pregunta será sobre el cómo está logrando compaginar su administración los objetivos claramente exclusivos de disminuir la producción de hidrocarburos y al mismo tiempo lograr controlar el alarmante incremento del déficit de cuenta corriente que se está viendo. Me explico: una de las mayores debilidades que le ven las calificadoras de riesgo y los inversionistas internacionales a la “macro” colombiana es el abultado déficit de cuenta corriente.

Para los extranjeros, este alto déficit es estructural y solo se corregirá con reformas agresivas, unas que es poco probable que este gobierno apruebe. Además, no estoy convencido de que el presidente Petro entienda que producir menos hidrocarburos lo que hará es incrementar aún más esta debilidad estructural que sufre Colombia. ¿Y eso a quién le importa, dirán algunos? Pues lo que pasa es que por simple identidad matemática, entre más abultado sea el desbalance externo, mayor el riesgo de que el peso colombiano siga perdiendo valor. La segunda pregunta que le harán los inversionistas al presidente Petro es sobre la negociación que se viene sobre el salario mínimo. Hay gente en Nueva York que está muy preocupada ante la posibilidad de que el presidente se arriesgue a buscar incrementos del salario mínimo cercanos a 20%.

La razón detrás de la preocupación no es el hecho de que la gente gane mejor, ni más faltaba, sino que la indexación al mínimo sigue siendo una variable de extrema importancia dentro de la economía de Colombia y de las estructuras de gasto a nivel de gobierno, y si la administración Petro se arriesga a subir el mínimo de esa forma, pues entonces será bastante complicado bajar la altísima tasa de inflación que está sufriendo Colombia en este momento. La tercera pregunta muy seguramente será sobre la reforma tributaria y los riesgos atados para con la inversión de incrementar de forma tan agresiva el impuesto a los dividendos, decisión que dejaría a Colombia como el país menos competitivo para la inversión de la Ocde, la idea de ponerle impuestos a las exportaciones petroleras y de carbón, y el horror, desde el punto de vista del derecho tributario, de no permitir la deducción de las regalías en el impuesto de renta, algo que, según entiendo, no tiene precedente alguno en el mundo.

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