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En una columna pasada en este diario me referí al grave problema de crecimiento que está sufriendo Colombia, algo nuevo para nuestro país, ya que si algo había caracterizado a la economía colombiana en el pasado era su capacidad de crecimiento a pesar de tanto obstáculo. La semana pasada quedó claro, después de la publicación de los datos oficiales de crecimiento del primer trimestre, que la cosa por el lado del crecimiento está muy complicada. Una cuestión: me pareció realmente esquizofrénica la reacción de la gran mayoría de los miembros de la coalición de gobierno después de la publicación del dato. Del presidente para abajo. Cero autocrítica...
Por ejemplo, Petro trinó lo siguiente después de la publicación del dato de crecimiento y para contestarle a un tuitero que argumentaba, con razón, que el crecimiento del PIB privado llevaba ya tres trimestres en territorio negativo. La respuesta de Petro: “Es cierto que gracias a la acción gubernamental no solo se ha impedido que entremos en recesión sino que estamos impulsando al sector privado a salir de los números negativos. Pero se equivocan cuando dicen que el sector privado entró en números negativos por la reforma tributaria....Hay que decirle la verdad a la población. Los números rojos del sector privado se establecen por la caída en construcción de vivienda que arrastra los productos industriales para construcción y se le agrega la caída de ventas de carros en el comercio. ¿Qué produce que no se demanden viviendas y carros? Lo que produce la caída de la demanda de vivienda y carros es la subida de la tasa de interés real dictaminada por el Banco de la República. Mientras la tasa de interés estrangula la economía colombiana la acción anticíclica de mi gobierno la hace reflotar.”
Lo que trina Petro es inexacto, obviamente. Es obvio que el incremento de las tasas de interés ha tenido un efecto negativo en la economía. Pero la caída de la inversión en Colombia ha sido muchísimo más pronunciada que la que se ha visto en otros países de la región donde los bancos centrales también tuvieron que incrementar las tasas para controlar el brote inflacionario que sufrió el mundo por culpa de los problemas que se presentaron en las cadenas de producción globales durante la pandemia, y por los efectos perversos sobre el precio de los alimentos y la energía que ha dejado el conflicto entre Ucrania y Rusia.
En el caso de Colombia el colapso de la inversión alcanzó 25,9% año/año durante el 2023, y la inversión cayó 6,5% adicional durante el primer trimestre de este año. Valga decir que NUNCA JAMÁS había caído la inversión en Colombia de la forma que ha caído desde que llegó Petro al poder. Ahora comparemos a Colombia con sus pares regionales. El Banco Central de Brasil se vio obligado a subir sus tasas de interés de 2% nominal a 13,75% para controlar el brote inflacionario, y México se vio obligado a subir sus tasas de intervención de 4% a 11,25%. En el caso del Banco de la República, el incremento fue de 1,75% a 13,25%. Pero la caída de la inversión en Brasil durante 2023 fue de solo 2,3% año/año y el PIB creció 3,5% año/año. En el caso de México los datos oficiales muestran que la inversión bruta se incrementó, oigan esto, 19,7% año/año a pesar del incremento de las tasas de interés que decretó Banxico para controlar la inflación. En conclusión: Como expliqué en una columna pasada, señores del gobierno Petro, el problema NO son las tasas, el problema son ustedes y su absurda incapacidad de entender que sin confianza no hay crecimiento.