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Jürgen Klaric, el reconocido gurú del neuromarketing, me invitó esta semana a asistir a uno de sus talleres en donde enseña, a aspirantes emprendedores, los buenos hábitos de las personas millonarias y exitosas. Deseosos de cambiar la calidad de su vida, los asistentes toman asiento en un espacio que es un híbrido entre aula universitaria y estudio televisivo. Con su estilo provocador, Klaric esa noche presentó 20 hábitos que facilitan la abundancia, no solo económica, aclara el gurú, sino también de felicidad, tiempo, amor y espiritualidad. “Somos lo que hacemos día a día, de modo que la excelencia no es un acto sino un hábito”, les recordó Klaric citando al filosofo Aristóteles.
Quizás, el hábito para alcanzar éxito que más sorprendió a los participantes fue el de la alimentación. “Déjame decirte que si tu meta es trasformar tu vida y alcanzar tu éxito, es el momento de hacer unos cambio a tu dieta”, dijo Klaric a sus estudiantes sin tantos rodeos. En otras palabras, dime que comes y te diré quien eres. Para corroborar las palabras de Jürgen Klaric, hubiese podido dar mi propio testimonio.
Hace un año, fui a conocer la cultura organizacional de Mattelsa, una empresa líder en el sector de la moda en Colombia. Su fundador, Mateo Jaramillo, me explicó que una alimentación sana es el primer pilar de la cultura Mattelsa. La elegante cafetería de esta empresa ofrece solo comida vegana. En la medida que los empleados suben su nivel de consciencia, van adoptando un estilo de vida saludable, que además de la alimentación, se centra también en el movimiento, el ocio, el conocimiento, y las buenas relaciones. En Mattelsa están convencidos que los resultados extraordinarios que registran cada año son también el producto de una alimentación que favorece el enfoque, el rendimiento, la energía y la felicidad. Mientras Mateo Jaramillo me presentaba su filosofía sentí todo el peso de mi cuerpo. Me sentí inflado, intoxicado. Aquel día salí de Mattelsa con la decisión de cambiar mi alimentación. Dejé de comer carnes, además que productos con gluten. No solamente perdí 10 kilos, sino que mejoró la calidad de mi concentración, de mi creatividad, de mi sueño.
Un cambio en la forma de comer provoca un cambio en el nivel de consciencia. En estos días, en su redes sociales, Juan Manuel Barrientos, dueño de los restaurantes ElCielo (otro empresario exitoso que cambió su hábitos alimenticios) dijo a sus seguidores: “al quitar de todos los restaurantes de la organización el 99% de productos derivados de la carne de vaca le ahorramos al año más de 200 millones de litros de agua al planeta! Ahí vamos haciendo pequeños cambios”.
No es casualidad que Jeff Bezos, Richard Branson, y Bill Gates, los multimillonarios que Klaric invita sus estudiantes a tomar como modelos, están liderando una campaña de financiación a la empresa de carne vegana Motif Ingredients. Dice Jürgen Klaric a sus estudiantes: “quien no puede cambiar su forma de comer, no puede cambiar su forma de ser”; de lo cual depende el éxito personal.