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En medio de la incertidumbre que hoy enfrentamos, muchos de nosotros tenemos que tomar decisiones duras y difíciles. De hecho, tener liderazgo implica la toma continua de decisiones. Pero hoy en día, los criterios que nos han guiado en el pasado no siempre nos sirven en el presente. De hecho, estamos en una crisis que nos exige nuevos niveles de lucidez y de cordura.
Por eso, la toma de decisiones difíciles requiere que pensemos y actuemos con calma. Decía Viktor Frankl, el psicoanalista que sobrevivió al holocausto, que entre el estímulo y la respuesta podemos hacer una pausa. Es lo que nos caracteriza como “homo sapiens”. Tener la capacidad de hacer esta pausa es fundamental a la hora de tomar decisiones difíciles. De hecho, considero que cultivar la quietud se vuelve hoy algo central.
Puede ser que algunos de nosotros hasta el momento hemos mirado con escepticismo a las prácticas de mindfulness, considerándolas demasiado exóticas. Pero hoy, se pueden revelar como hábitos fundamentales para lograr mantener aquella calma y lucidez que se necesitan para tomar decisiones difíciles y trascendentales.
Justo en estos días, un ejecutivo me compartía los beneficios que está sintiendo practicando yoga, un hábito que sólo empezó a desarrollar este año.
No solo estaba maravillado de cómo su cuerpo se ha ido flexibilizando, logrando poses que no eran imaginables para él hace solo algunos meses, sino también que es muchas veces durante la práctica del yoga cuando le llegan a la mente intuiciones, ideas, y soluciones que le permiten tomar decisiones mejores y más acertadas, las que, además, afectan la vida de centenares de familias y miles de personas.
La quietud es también el tema del libro más reciente de Ryan Holiday, el gurú del marketing que se ha vuelto un líder del pensamiento. El autor resalta cómo la quietud es una característica que marca el rendimiento de grandes líderes. Es la calidad que Tiger Woods, Nelson Mandela y Abraham Lincoln comparten. Es lo que le hace falta a Donald Trump, quien es un gran ejemplo de la “mente de mono”, por la manera errática con la cual gobierna. En estos días volví a ver la película 13 Días, sobre la crisis de los misiles de Cuba en los años 60.
Es una película que resalta cómo el presidente John F. Kennedy no se dejó presionar por las circunstancias críticas, ní por los miembros de su propio gabinete. Nunca antes, cómo durante aquellos 13 días, el mundo estuvo al borde de un conflicto nuclear. La quietud de Kennedy llevó a la toma de decisiones difíciles, que evitaron lo peor.
Dice Ryan Holiday que eso se logra cuando somos capaces de mantenernos en el aquí y ahora. Cuando reservamos tiempo para pensar en nuestra agenda. Cuando vaciamos nuestra mente, borrando lo que la atormenta. Cuando seguimos aprendiendo y cultivamos la confianza, en lugar del ego. Como Ryan Holiday escribe: “debemos cultivar la quietud mental para tener éxito en la vida y navegar con éxito las muchas crisis que se nos presentan”.