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El proceso de compra de los consumidores hoy por hoy, ha cambiado. La información digital se ha convertido en una etapa previa al momento de decidir la adquisición de diferentes productos, desde alimentos, hasta electrodomésticos. Sin embargo, la experiencia que brinda comprar en un centro comercial no se compara con nada.
Con el avance de la tecnología, el E-commerce continúa creciendo y con él, las compras a través de las aplicaciones, que se expanden a un ritmo acelerado, provocando cambios en los patrones de compra y produciendo una evolución en las expectativas de los compradores.
El consumidor realiza una búsqueda previa, conoce la oferta, compara y decide entre las mejores opciones. Pero aún los compradores prefieren el establecimiento físico al que llegan con la información suficiente para hacer el desembolso.
Según un estudio, al menos el 50% de las compras programadas se buscan primero digitalmente y luego se compran físicamente. Esta nueva composición del proceso de decisión del comprador, ha hecho que se desarrollen profesiones dentro del retail como el visual merchandansing, el layout que ayuda a generar tráficos lógicos dentro del punto de venta o dentro del Centro Comercial.
Los medios digitales no son por lo tanto una competencia, todo lo contrario, se convirtieron en un aliado y un complemento de la extensión de las posibilidades de hacer parte del posicionamiento de una marca, permiten a las diferentes empresas especializadas en la comercialización masiva de productos estar antes del proceso de compra y prologar en sus redes digitales la experiencia de visita y compra.
El reto de una estrategia adecuada radica en construir un proceso en el que se involucren los medios digitales y las acciones físicas para estar en el posicionamiento de la mente del comprador antes, durante y después de la compra.
Las ventas por antojo o impulso se presentan en un porcentaje mucho mayor en la venta física, mientras que, la venta digital es más programada. Es por esto que la acción de comprar no es solo una actividad de naturaleza económica, más allá está la posibilidad de relacionamiento social entre personas de la misma familia, novios y amigos.
Los centros comerciales brindan espacios de esparcimiento donde la mayoría de los visitantes buscan planes redondos, es decir, una plazoleta de comidas con una gran variedad de menús, caminar tranquilamente, tener un punto de encuentro, realizar las compras, zonas de parqueo seguras, y por supuesto, disfrutar de los grandes eventos que ofrece el establecimiento.
Además, la experiencia que brinda la tienda va más allá de la seguridad. Tocar el producto, olerlo, conocerlo y compararlo antes de comprarlo, solo es posible dentro de un establecimiento de comercio. Un gran ejemplo, son las prendas de vestir. No todos están dispuestos a comprar ropa en línea sin antes medírsela en la tienda para confirmar la talla, los colores varían en las fotografías, y si en realidad es el estilo de cada persona.
Según un informe de PWC, en un entorno comercial cada vez más global, las tiendas offline se verán obligadas a mantener el equilibrio entre la localización y la personalización. Al mismo tiempo, cada vez más negocios online se dirigen al mundo offline para impulsar su crecimiento a través de iniciativas diferentes como pueden ser los espacios de venta temporales (pop-ups) o puntos de click and collect, sistemas de recogida de las compras online como los centros comerciales, por lo que está claro que existen oportunidades en ambos canales.