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Connotados economistas han estado hablando en las últimas semanas sobre una posible estanflación a nivel mundial. El término estanflación significa, para un país, que la inflación esta alta y la producción real esta por debajo de la producción potencial (tasas de crecimiento bajas), lo que puede llevar a altas tasas de desempleo.
La pregunta es: ¿bajo la coyuntura actual se podría presentar estanflación en Colombia?
Empecemos por el origen de la inflación. Este fenómeno se puede presentar por choques de demanda (aumentos desmesurados del consumo, de la inversión, del gasto público, etc.), o por choques de oferta (aumentos considerables de los costos de producción y de la energía debidos a los efectos de la pandemia, de la guerra en Ucrania, cambio climático, etc.) Los datos para Colombia (Dane) indican que la alta inflación año corrido de 9,11% (variación porcentual del índice de Precios al Consumidor-IPC entre junio 2021 a mayo 2022), es de costos, ya que la variación porcentual del índice de Precios al Productor (IPP) en lo corrido del último año fue de 32,6% (junio 2021 a mayo 2022). Es decir, los altos costos para las empresas se trasladan a los precios de los productos finales y al consumidor. Por otro lado, por mandato constitucional, el Banco de la República debe controlar las altas expectativas de inflación sin importar su origen (de demanda o de oferta). Esa es su misión.
Generalmente los bancos centrales utilizan una regla de política monetaria conocida como la “Regla de Taylor”. Esta regla indica que los bancos centrales deben aumentar la tasa de intervención (prestamos de corto plazo a los bancos comerciales) en proporción a la brecha de la inflación (diferencia entre inflación observada e inflación objetivo del BR). La inflación objetivo del BR generalmente es de 3%.
Como la brecha de la inflación (tomando el ultimo año corrido) es 6,11% (9,11%-3%), el BR responde aumentado su tasa de política monetaria de 2% (1 de octubre 2021) a 6% (mayo 2 de 2022).
Este aumento de 400 puntos básicos (4%) en la tasa de intervención se ve reflejado en las tasas activas (de colocación) que los bancos comerciales les cobran a sus clientes y en las tasas de usura (máxima tasa que pueden cobrar los bancos comerciales) que fija la Superintendencia Financiera para créditos de consumo y microcréditos. La tasa de usura para créditos de consumo y ordinarios pasó de 25,83% (1 de mayo 2021) a 30,6% (1 de junio de 2022). El aumento de la tasa del BR está en línea con el aumento de la tasa de usura.
Por otro lado, los efectos de política monetaria no son estáticos (instantáneos), son dinámicos (se ven después de un tiempo). Los efectos de una contracción monetaria (debido al aumento de 4% en la tasa de intervención) se reflejan en la economía real entre 12 y 18 meses después. Entonces los efectos sobre el consumo (disminución) se pueden comenzar a ver entre octubre de este año y abril de 2023.
Por supuesto el objetivo del BR es controlar la inflación vía contracción del consumo y de la inversión. Y en ultimas es “lo que tiene que hacer” el BR para evitar los costos para le economía de una inflación alta y su efecto en los más vulnerables.
La pregunta que surge es: ¿La inflación de oferta es transitoria o permanente? La respuesta no depende ni del BR, ni del Ministerio de Hacienda. Depende de las actuales condiciones mundiales ya mencionadas y también de las políticas monetarias de la Reserva Federal. Pero los nubarrones de la “estanflación” oscurecen el panorama mundial.