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ANALISTAS 04/07/2024

Combatir el sobreuso del efectivo

Alejandro Vera Sandoval
Vicepresidente técnico de Asobancaria

Una buena noticia reciente fue la reducción del sobreuso del efectivo como medio de pago en Colombia. Según datos del Banco de la República, la relación efectivo/M2 se ha venido reduciendo del pico de 16% a mediados de 2022 a 14% en abril de 2024. Además, una encuesta del Emisor señaló que la preferencia por efectivo como medio de pago bajó de 91% en 2012 a 78% en 2022.

Los mayores niveles de inclusión financiera y la transformación digital han ido jugando un papel muy importante en esta reducción. Por ejemplo, según Banca de las Oportunidades, el nivel de acceso a los productos financieros llegó a 95% de los adultos en 2023 y el uso activo alcanzó 82%, lo que garantiza que la gran mayoría de la población pueda transar sin necesidad de usar el efectivo. Gran parte de esta mayor inclusión ha ocurrido por el avance de las cuentas o billeteras digitales que hoy ya poseen más de 20 millones de colombianos.

Adicionalmente, los desarrollos privados recientes en materia de pagos, transferencias y códigos QR complementados con la iniciativa del Banco Central para pagos inmediatos completan un ecosistema que desincentiva cada vez más el sobreuso del efectivo en la economía a un costo accesible para hogares y comercios.

No obstante, las cifras de uso de efectivo siguen siendo altas y una corta comparación internacional evidencia que, pese al avance, el país aún tiene un desafío importante por delante. En efecto, pese a que en materia de efectivo/M2 superamos los niveles de México (19%) o Perú (16%), todavía nos encontramos muy lejos del nivel de Brasil (6%) o Chile (5%), e incluso nos hemos alejado de los niveles de un dígito que proyectábamos como meta local hace una década.

El desafío es seguir avanzando en la lucha por reducir el sobreuso de efectivo que aún es elevado. Y ese desafío se enmarca en estudios que muestran que una parte importante de la informalidad y las economías ilegales del país se apalancan en el efectivo como instrumento para evitar ser trazados.

Por ello, el sector financiero desde hace varios años ha venido trabajando en diferentes propuestas normativas que ayuden a acelerar la reducción de este sobreuso. Dichas propuestas tienen como objetivo desestimular el sobreuso del efectivo en la economía sin complicar las transacciones de los consumidores.

Aquí sobresalen, por un lado, hacer obligatorio que todas las operaciones financieras entre entidades públicas se hagan por medios electrónicos y, por otro lado, identificar un umbral a partir del cual algunas operaciones entre privados empiecen a hacerse obligatoriamente también por medios electrónicos. En este último caso, el argumento detrás es que, por ejemplo, en negocios legales inmobiliarios o con vehículos de montos significativos no habría mayores razones para usar el efectivo si está disponible la alternativa digital.

Una tercera propuesta sería una gran estrategia liderada por la Comisión Intersectorial de Inclusión Financiera y la Superintendencia Financiera que promueva la aceptación de medios de pago electrónico, donde participen comercios, entidades financieras y gobierno, con una masiva estrategia de difusión.

El país debe seguir el camino para reducir el sobreuso del efectivo. Esa ruta redundará en menor informalidad, mayor acceso a crédito y crecimiento del recaudo tributario. Este es una de las vías hacia el desarrollo económico.

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