.
Analistas 23/08/2023

El país de las exageraciones

Alejandro Vera Sandoval
Vicepresidente técnico de Asobancaria

En muchos ámbitos, Colombia tiende a ser un país donde prevalece la hipérbole. Seguro hemos escuchado por el lado positivo, que somos un país con dos mares y posición geográfica privilegiada, el segundo país más feliz, o que tenemos el mejor equipo de fútbol del mundo o los mejores ciclistas (cuando ganan).

Pero también está el lado negativo. Que somos el peor equipo de fútbol (cuando pierden), que somos campeones en corrupción y que tenemos el peor sistema de salud, de educación y de pensiones, entre otros.
Esa tendencia a la exageración no nos permite identificar qué soluciones se deben implementar ante los problemas que tenemos. Por ejemplo, no se trata únicamente de los mares, sino de cómo potenciamos esa ventaja natural para que nuestras empresas sean productivas y generen crecimiento, o cómo resolvemos el problema de la corrupción y las ineficiencias sectoriales.

Obviamente, la hipérbole es fabulosa para el mundo político porque es rentable en votos. Pero, en materia de bienestar social, solo en la medida que logremos entender que no somos ni los mejores ni tampoco los peores, podremos avanzar y diseñar políticas públicas que nos permitan potenciar nuestras ventajas y habilidades y solucionar las problemáticas existentes. Veamos tres ejemplos.

El caso de la salud es uno de los más analizados este año. Los rankings muestran que no tenemos el peor sistema del mundo, tampoco el mejor. Hay cosas muy positivas como la cobertura cuasi universal, que da tranquilidad a las personas, con una buena calidad en muchos de los centros urbanos, pero con falencias en las zonas rurales y alejadas del país. En este caso, lo de construir sobre lo construido es vital. Usar lo aprendido en estas décadas y reparar lo que funciona mal en áreas específicas sería muy beneficioso para un sistema que envidian países como Estados Unidos, donde tener seguro de salud es un bien de lujo, y que es apreciado por una parte importante de la ciudadanía.

En el caso de la educación también hay espacio de mejora. Hemos avanzado mucho en materia de cobertura en educación primaria, secundaria y superior, pero la calidad sigue siendo nuestro talón de Aquiles como evidencian las pruebas internacionales. Ese avance en cobertura ha sido un logro social que debemos mantener, pero tenemos que avanzar en herramientas de formación con calidad que permitan a los estudiantes colombianos ser competitivos a nivel mundial. No se trata únicamente de dar más recursos a un sector que recibe una de las mayores porciones del presupuesto, pero que se queda atrapado en un solo rubro, sino en construir estrategias que incentiven la formación de buena calidad.

Finalmente, tenemos el caso del sistema pensional. Uno de sus elementos más positivos es el stock de ahorro generado que ha permitido financiar grandes proyectos en el país. No obstante, la baja cobertura, que es un tema más laboral que pensional, y el arbitraje entre dos regímenes con reglas distintas son características por mejorar, sin afectar lo ya ganado (el ahorro).

Estos tres ejemplos sobresimplificados muestran que Colombia es un país sobrediagnosticado en muchos frentes, pero cuya tendencia a la hipérbole impide una lectura adecuada de esos diagnósticos. Para avanzar necesitamos leer eso que tantos han dicho con la lupa de construir sobre lo construido, reparar lo que es ineficiente y potenciar lo que ya funciona bien.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA