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La cifra de crecimiento del PIB de 0,6% real en 2023 fue una noticia agridulce. Si bien la economía colombiana eludió la recesión, la cifra estuvo bastante por debajo de lo que el consenso de analistas esperaba (más cerca de 1%) y significó incluso una retracción en términos per cápita (estimando que la población crece a 1% anual).
Por el lado sectorial, el año pasado la economía estuvo impulsada por los sectores de servicios. En efecto, el entretenimiento, las actividades inmobiliarias, los servicios públicos, la información y las comunicaciones y las actividades financieras impulsaron la economía durante todo 2023. En el último caso, pese la contracción de 6,7% real en la cartera bancaria, el buen resultado de comisionistas y fiduciarias, gracias a la valoración de la renta fija, y de las aseguradoras, que pagaron menos siniestros, hizo que el subsector creciera hasta 7,9% real.
En cambio, el comercio y transporte, la industria y la construcción tuvieron importantes contracciones (entre 2,5% y 4,5%) que tendrían consecuencias en la generación de empleo en el primer semestre de 2024. Esto ocurrió debido al menor consumo privado, ante la restricción de la política monetaria, y al mal desempeño de los sectores de obras civiles y edificaciones, este último en medio de cambios en la política pública de vivienda.
Por el lado de la demanda, la desaceleración de la economía en 2023 fue consecuencia de una desaceleración del consumo hacia 1,1% real, como se esperaba por la elevación de tasas de interés, pero con una retracción de la inversión de 8,9%. Además, el consumo de gobierno, creciendo a 0,9%, tampoco impulsó decididamente la economía.
LO MÁS IMPORTANTE ES CONSTRUIR CONFIANZA PARA LOS PROYECTOS
El 2024 también será retador. Estimamos que la economía crezca cerca de 1,2% real, manteniendo el impulso de los sectores de servicios. Y aunque, la industria, el comercio y la construcción no crecerían, por lo menos se contraerían menos que el año pasado, en parte gracias al impulso que daría el descenso de al menos 400 puntos básicos en las tasas de interés al consumo.
En el frente de la demanda interna, este año, el consumo de los hogares tendría una recuperación hasta 1,9% real gracias al ya mencionado recorte de tasas de interés. No obstante, la mala noticia es que la inversión mantendría contracciones de 3% real.
Este último es el elemento más perjudicial de cara a la visión de mediano plazo del país. Según modelos de capital incremental, con los niveles de inversión/PIB que terminaríamos el año, cercanos a 15%-17%, el crecimiento potencial de la economía se reduciría hacia 2,5% real. Esto implicaría que el país solo podría duplicar su ingreso cada 28 años sin tener presiones inflacionarias, condenando a toda una generación a no ver ajustes importantes en su nivel de bienestar.
Por ello, se deben diseñar planes de reactivación basados imperativamente en el incremento de los niveles de inversión en el país. Sectorialmente, como lo he mencionado en el pasado, estos planes deben incluir a los sectores de vivienda e infraestructura. Pero, lo más importante es construir confianza para que los proyectos que se necesitan se puedan realizar y esa confianza pasa por una generación de consensos entre el sector público y el privado, y el respeto a las reglas de juego establecidas, para avanzar hacia una visión constructiva del país.