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Analistas 17/12/2024

Perspectivas 2025

Alejandro Vera Sandoval
Vicepresidente técnico de Asobancaria

El 2024 cerrará con un crecimiento económico cercano a 1,8% real, la inflación cerca de 5% y una tasa de desempleo (promedio) fluctuando entre 10% y 10,5%. Fue un año difícil, donde sobresalen positivamente la contención del riesgo del desbalance externo y el manejo monetario del Banco de la República que permitió mantener una senda desinflacionaria, pero donde la prima de riesgo del país se elevó y la situación fiscal empeoró, en medio de caídas en el recaudo y señales de mediano plazo de incremento de gasto.

El año entrante luce mucho mejor. El consenso de analistas ubica el crecimiento económico cerca del 3% real, con un repunte del consumo privado y la inversión. Esta última se estaría recuperando levemente, aunque se mantendría en niveles inferiores a 20% del PIB. Por su parte, el consumo retomaría una senda de crecimiento luego del ajuste de los años anteriores, en medio de una inflación más cerca de 3% y una tasa de interés de referencia cerrando el año cerca de 5,5%-6%, implicando una reducción de otros 300 puntos básicos.

Esta reducción de la tasa de interés del Banco Central, que se transmitiría al resto de tasas de la economía, y el pacto por el crédito, que anticipa unos desembolsos ambiciosos a sectores estratégicos, entre otros, ayudarían a que, luego de dos años de contracción, el crédito crezca cerca de 3% real. Aquí se destacan la recuperación del crédito hipotecario (creciendo a 3,6% en 2025) donde se ha dado una fuerte reducción de tasas en los últimos meses, de casi 500 puntos básicos, y del crédito de consumo (2,5%), luego de las fuertes caídas (superiores a 7% real) de 2023 y 2024.

A nivel internacional, la llegada de la nueva administración Trump tendrá un efecto importante sobre la economía del planeta. Aunque las medidas de protección arancelaria y algunas de orden local tendrán más consecuencias sobre sus vecinos (México y Canadá), la Unión Europea y China, Colombia podría tener algunos impactos en materia de exportaciones. No obstante, el mayor efecto será en el mantenimiento de un dólar fuerte, que ubicará nuestra tasa de cambio por encima de $4.000/dólar.

Finalmente, y como ha sucedido en las últimas décadas, el gran riesgo será el que proviene de la situación fiscal del país. En medio de la caída de la ley de financiamiento y un presupuesto decretado y recortado, las proyecciones de los analistas enseñan un déficit elevado, entre 5% y 5,5% del PIB, y una deuda que se acercaría a 57% del PIB, lejos de los niveles que se requieren para recuperar el grado de inversión.

En el mediano plazo, tres elementos serán fundamentales para lograr una senda de recuperación sostenible. En primer lugar, lograr que la inversión recupere de manera permanente la senda alcista para volver a niveles de crecimiento potencial de al menos 4% real. Además, el Banco de la República deberá mantener mucha precisión en el manejo monetario para evitar que la caída de la inflación se interrumpa antes de llegar a la meta, como ocurrió en otros países de la región. Por último, será fundamental garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas, buscando recortar lo más posible el efecto que tienen proyectos como el de las transferencias territoriales, entre otros. Asegurar el mantenimiento de la regla fiscal será fundamental para reducir los costos de financiamiento del Estado y abrir algún espacio presupuestal.

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