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Analistas 29/01/2025

¿Relevos inesperados?

Alejandro Vera Sandoval
Vicepresidente técnico de Asobancaria

En medio de los interminables sucesos diarios del país, la administración actual hizo el relevo de dos de los codirectores de la junta directiva del Banco de la República. No obstante, lo sorpresivo no fue que se eligieran a dos economistas con tendencias heterodoxas, sino la reacción de muchos analistas y opinadores que alertaban sobre el sesgo ideológico de los dos nuevos codirectores. Yo me pregunto: ¿Qué estaban esperando que pasara?

La institucionalidad vigente permite que el gobierno de turno pueda escoger dos codirectores que releven otros dos que vienen de periodos anteriores, para mantener una junta de siete conformada por cinco codirectores, el gerente general del Emisor y el Ministro de Hacienda, quien la preside.

De esta manera, la institucionalidad creada en la Constitución de 1991 impide (en teoría) que cualquier gobierno en ejercicio pueda tener mayoría en la junta pues máximo puede nombrar dos codirectores, lo que sumado al ministro de Hacienda no conforman una mayoría. Así, se mantiene la independencia del Banco Central.

Esta institucionalidad ha sido puesta a prueba en varias ocasiones. Por ejemplo, las reelecciones de los presidentes Uribe y Santos y la renuncia de casi todos los codirectores durante la Administración Duque permitieron que estos presidentes escogieran a casi todos los miembros de la junta del Banco de la República.

No obstante, las salvaguardas constitucionales (la función del Emisor es proteger el poder adquisitivo de la moneda), la reputación del Banco Central y la fortaleza del equipo técnico fueron poco a poco llevando a la independencia a los codirectores nombrados en estos gobiernos.

En la coyuntura actual, la institucionalidad y la independencia del Emisor serán puestas a prueba de nuevo, pero un análisis inicial permite inferir que resistirían.

Por ejemplo, en la política monetaria de corto plazo pareciera que las decisiones de tasas de interés van a ir convergiendo cada vez más hacía las recomendaciones del equipo técnico del Emisor.

En efecto, por un lado, estará un grupo de tres miembros de la junta ortodoxos (el gerente y dos codirectores) y, por otro lado, otro grupo de tres más heterodoxo: los dos codirectores nuevos y el ministro de Hacienda. Ante ello, el voto definitivo será el del otro codirector (de centro) que, según las minutas recientes, parece estar cada vez más convergiendo hacia lo que recomienda el equipo técnico.

En el mediano plazo también hay tranquilidad. Pese a las alarmas de que podría volver a abrirse el debate sobre emisión monetaria, porque todavía hay quien piensa que los demás somos tan tontos que no hemos pensado en esa forma tan sencilla de solucionar los problemas, la realidad es que es bastante difícil siquiera avanzar. Para ello, se requiere unanimidad en la junta, y uno esperaría que mínimo el grupo de tres miembros ortodoxos se oponga rotundamente.

En todos estos años, la institucionalidad alrededor del Banco de la República ha funcionado. Y cuando ha sido puesta a prueba, seguros adicionales, como la fortaleza técnica del staff o la fuerte reputación del Banco, han entrado en funcionamiento. Si bien no pareciera haber grandes riesgos en el futuro, todos debemos estar atentos para defender este gran activo del país: un Banco Central independiente que impida que tengamos que soportar el impuesto más regresivo de todos: una inflación alta y volátil.