Un ejemplo en El Alto

La Paz y El Alto, ciudades bolivianas que retan la geografía con sus pendientes pronunciadas, han hallado en el sistema de teleféricos una alternativa innovadora y sustentable para optimizar la movilidad urbana. Esta infraestructura de transporte por cable, con 10 líneas que suman casi 33 kilómetros de longitud, es una de las más amplias a nivel global, se ha transformado en un emblema de avance y crecimiento para la región, y en un modelo a imitar para otras urbes montañosas, como gran cantidad de las de Colombia.

La puesta en marcha del teleférico en La Paz y El Alto ha evidenciado numerosas ventajas. Primero, ha potenciado notablemente la conectividad en ambas ciudades, disminuyendo los tiempos de desplazamiento y ha simplificado el acceso a servicios fundamentales como la salud, la educación y el trabajo. En segundo lugar, ha ayudado a liberar el tráfico de vehículos y reducir la contaminación, mejorando de esta manera la calidad de vida de los bolivianos. Adicionalmente, el teleférico se ha transformado en un recurso turístico, estimulando la economía local y creando puestos de trabajo.

¿Por qué este modelo podría replicarse en ciudades colombianas como Manizales o Pereira (solo por mencionar dos)? La respuesta es sencilla: estas ciudades comparten características geográficas similares a La Paz y El Alto, con pendientes pronunciadas, las famosas faldas, que dificultan la movilidad tradicional. Implementar un sistema de teleféricos permitiría superar estas barreras geográficas, conectar zonas aisladas y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Además, las experiencias que hemos tenido en Bogotá con el TransMiCable construido por Doppelmayr nos han mostrado que el sistema de teleféricos sirve para volver a poner en el mapa a localidades enteras, que vivían a ‘horas de distancia’ de sus trabajos, sus familias y de los servicios mínimos necesarios. También, el teleférico en Bogotá ha mostrado que es un medio de transporte fácilmente integrable a otros modos de transporte, como el bus y el metro, para crear una red de movilidad multimodal.

Como en todo proyecto, es clave garantizar la participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones para asegurar que responda a las necesidades reales de la población. La experiencia que hemos visto en estos sistemas de transporte en el país nos da cuenta de que son las comunidades las primeras participantes y las principales aliadas en todo el proceso de construcción y operación.

El sistema de teleféricos de La Paz y El Alto representa un modelo exitoso de transporte público, casi se le podría llamar un ‘metro en los aires’, el cual ha realizado desde la apertura de la primera línea en 2014, alrededor de 580 millones de viajes. Este modelo puede ser adaptado a las necesidades de otras ciudades montañosas. Al mejorar la conectividad, reducir la contaminación y generar desarrollo económico, el teleférico se convierte en una solución sostenible y viable para enfrentar los desafíos de la movilidad urbana. Sería muy positivo que las ciudades colombianas exploren esta alternativa y se sumen a la tendencia mundial de buscar soluciones innovadoras para el transporte público.