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Analistas 01/06/2023

Noticias de Chile y España

Celebro los recientes triunfos electorales por parte de sectores de oposición, primero en Chile, el domingo 6 de mayo en el marco de elecciones para conformar su consejo constitucional, y después, el pasado domingo 28 de mayo, en España, dando trámite a sus elecciones autonómicas y municipales.

Es claro que analistas y líderes políticos de estos lares, y allende el mar, querrán explicar esos resultados apegados al ¨marco conceptual¨, mecánico por demás, del péndulo oscilante entre izquierdas y derechas.

Es difícil renunciar a la diada izquierda-derecha, sobre todo cuando la comunidad iberoamericana de naciones está inmersa en el fragor y vorágine de una creciente polarización política, social y económica.

Los hechos sobrevinientes que acaecieron en Chile y España, imponen para muchos, en primera instancia, análisis rápidos y acciones rápidas.

Los análisis y acciones precipitadas, apegadas a categorías recalentadas como son las de izquierda y derecha, pueden conducir a torpezas; bien vale la pena evocar la sentencia poética del vate dominicano Franklin Mieses Burgos: “ Todo afán es inútil y toda ilusión es un crimen”

¿Qué tal que los resultados de Chile y España trasciendan el esquema pendular izquierda-derecha, y estén dando cuenta de un sentimiento e intención comunitaria, social y política, de hacerle frente a las dificultades de sus respectivas democracias, por la vía, no de aventuras antidemocráticas, sino, por la voluntad indeclinable de avanzar hacia más y mejor democracia?

De Ser así, sería una alentadora noticia, motivo para seguir esperanzados en la posibilidad de mejores escenarios económicos, sociales y políticos, para trabajar por la dignidad de las personas y por el bien común.

Avances de izquierdas cada vez más siniestras, corruptas, estadocéntricas y populistas, que quieren arrasar con todo porque para ellos no hay nada en el pasado ni presente que sea digno de reconocer y valorar, no se contienen ni se derrotan, ilusa y afanosamente, con derechas cada vez menos diestras, igualmente corruptas y populistas, que endosan los mercados a negociantes cazadores de rentas, y no a empresarios y trabajadores que generan verdadera riqueza económica y social; derechas quietistas que se resisten a cualquier tipo de cambio al predicar que todo viene bien del pasado, todo va bien en el presente y que en el futuro hay que seguir haciendo más de lo mismo .

Es evidente que en los países iberoamericanos personas y comunidades están buscando sostenibilidad económica, social, ambiental, energética y alimentaria y esas sostenibilidades todas, garantizadas y combinadas, son las que sientan las bases de la sostenibilidad democrática, única capaz de superar flagelos de pobreza, hambre, corrupción, inseguridad, daño ambiental y confusión de valores que remiten al bien común y la dignidad humana; este es el reto sustancial; las derrotas o triunfos contingentes de izquierdas o derechas y con algunos visos de populismos y caudillismos asociados, son anécdotas, situaciones adjetivas.

Colombia puede leer las enseñanzas de Chile y España en clave de garantizar más y mejor democracia, remozar la misma en las próximas elecciones regionales y allanar así, las elecciones nacionales de 2026.

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