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Hace unas semanas, en el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial (FEM), Colombia se posicionó como el cuarto país más competitivo de la región y el 57 de 141 economías evaluadas. Temas como la estabilidad macroeconómica, los avances en políticas de salud y educación, el sistema financiero, el tamaño de mercado, el dinamismo y la capacidad de la economía, fueron destacados.
Falta camino para llegar a los primeros puestos del ranking, que ocupan países como Singapur, EE.UU. y Hong Kong, pero el avance de nuestro país demuestra que la articulación de esfuerzos entre diversos actores como el sector empresarial, el Gobierno Nacional, las autoridades y la academia, entre otros; así como la apuesta por la innovación y por consolidar una economía más productiva, están dando frutos.
En este recorrido, -que además ha llevado a Colombia a escalar en diferentes rankings internacionales como el del International Institute for Management Development (IMD) en el que el país subió seis lugares entre 2018 y 2019 (del puesto 58 al 52), las empresas han sido protagonistas, no solo por su apuesta en modelos de negocios y ofertas de valor que responden a las dinámicas de estos tiempos, sino porque han propiciado mejoras en la competitividad.
Una empresa es competitiva cuando sus productos han sido hechos pensando en el cliente, con confiabilidad y considerando las necesidades del entorno, además, cuando tiene la capacidad de innovar y diferenciarse en nichos exigentes del mercado.
En Colombia, tenemos la fortuna de contar con un sector empresarial que cumple con estas características. Vemos cómo las empresas que tienen presencia en nuestro país se reinventan en función de la productividad y, por ende, de una mayor capacidad de respuesta ante las condiciones de un mercado dinámico y exigente.
Muestra de ello, es la trayectoria y consolidación de compañías como Terpel, EPM, Grupo Argos, Grupo Nutresa, Carvajal Empaques, y muchas otras, que no solo entendieron la importancia de apostarle a soluciones diferenciales que ponen en el centro al cliente, sino que, además, tienen claro el rol que cumplen como ciudadanos responsables, razón por la cual trabajan diariamente para generar empleo, invertir y agregar valor.
Y eso es precisamente lo que aporta a que nuestro país avance en esta materia, el compromiso de una industria orientada a la búsqueda continua de mercados locales, nacionales e internacionales, con actitud abierta a la innovación, y consciente de que su permanencia, posicionamiento y sostenibilidad no solo apalancan su modelo de negocio, sino al desarrollo y progreso de su entorno.
Smurfit Kappa cumple 75 años en Colombia y no puedo dejar de sentirme afortunado por el camino recorrido y de agradecer por cada oportunidad que nos ha permitido crecer como organización y consolidarnos en este país lleno de oportunidades, siendo pioneros en temas esenciales para la industria como el reciclaje, la reforestación comercial, la adopción de un modelo de economía circular, la inversión social para el desarrollo de comunidades vecinas y la constante innovación para crear soluciones que se adapten a un mercado cada vez más exigente.
Hemos sido parte activa de la competitividad de Colombia, y esperamos seguir siéndolo con nuestra visión de futuro y nuestro propósito de re-imaginar la industria del papel y el cartón.