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Hacer presupuestos, usar apps para controlar lo que se gasta, comprar lo que está barato, entre otros, son varios de los temas tendencia en muchas partes del mundo con ideas de cómo vivir con los altos precios del costo de vida, pero la verdad es que para cada quien la solución es diferente y no hay una fórmula mágica. Lo que sí es importante es poner atención a lo que está pasando para entender cómo actuar de manera racional con nuestros gastos e inversiones en situaciones que salen de lo normal.
En el caso de una familia cuando se trata de austeridad porque el dinero no alcanza para todo, algunos incluso dejan las tarjetas en la casa para no gastar, o se reduce la mesada para gastos no esenciales y lo más importante se informa a todos que están en modo ahorro para que de manera coordinada la familia pueda afrontar la situación exitosamente.
Lo mismo está pasando con los países, para atacar la inflación se dan varias ideas e implementan políticas que hasta ahora parece que empiezan a hacer efecto. Pero para muchas personas no es muy claro el funcionamiento de estos mecanismos y tampoco se entiende cómo aprovechar estas situaciones para enfrentar la situación exitosamente y evitar a toda costa una espiral inflacionaria que afecta a todos.
En este articulo trataré de explicar de manera práctica cómo los países hacen ajustes para controlar la inflación y espero contribuir para que cada uno saque las conclusiones de lo que más sirve.
Para atacar la inflación, la forma tradicional de los bancos centrales es subir las tasas de interés, este mecanismo lo que busca es incentivar el ahorro y castigar el gasto que se haría si no se tienen los recursos, es decir endeudándose. En pocas palabras cuando la tasas de interés suben el costo de gastar es alto. Este tipo de política, precisamente por la forma drástica en que castiga el crédito, es altamente cuestionada porque si la situación es difícil lo que muchas familias hacen es endeudarse para aguantar mientras las cosas mejoran.
Sin embargo, a pesar de lo impopular de este tipo de medidas, lo que se busca es que los precios de cosas que están exageradamente caros caigan (baje la inflación), para que así las personas lo puedan comprar sin necesidad de endeudarse pagando algo que no vale lo que le cobran.
Ahora, el efecto de esta medida no es inmediato y toma tiempo ya que es efectiva sobre los nuevos créditos y depósitos, pero no por lo que ya está en el sistema. Entonces si alguien tiene un depósito a plazo o un crédito de vivienda, las nuevas tasas no lo afectan. Aplica es a quienes vayan a hacer un nuevo crédito o inversión. Por lo general varios analistas estiman que los efectos sobre la inflación se empiezan a dar después de varios meses.
Un ejemplo del funcionamiento, lo vemos con los ajustes que hizo el banco central de Estados Unidos -la Reserva Federal Fed-, quien en marzo del 2022 empezó a subir tasas, cuando la inflación alcanzó 8.5% anual y hoy (después de más de 10 subidas consecutivas), la inflación en ese país empieza a ceder y se ubica en 6.5%, su nivel más bajo desde octubre del 2021.
Así mismo, hay otros mecanismos para controlar la inflación, y vienen desde medidas de gobierno como por ejemplo subir impuestos para que la gente tenga menos en su bolsillo para gastar, también algunas propuestas de control de precios. Sin embargo, este último punto es particularmente riesgoso ya que se propician los llamados “mercados negros”, en donde se da escasez de los productos con control y se genera un mercado paralelo no regulado.
Por otro lado, algunos países con condiciones muy particulares no necesitan de bancos centrales para que se dé el ajuste de la inflación. Hay en el mundo diez países sin banco central: Panamá, Andorra, Micronesia, Islas de Marshall, Isla de Man, Kiribati, Mónaco, Nauru, Tuvalu y Palaos. Este grupo tiene algo en común y es que la moneda de uso local depende de otras monedas fuertes como dólar americano, euro, dólar australiano y libra esterlina (como se ve en el gráfico).
Para los fenómenos de subidas de precios como los que se vieron en 2022, esta última característica fue muy relevante, pues no solo el aumento en el precio de los combustibles jugó un papel clave en que subiera el costo de vida. También influyó una mayor volatilidad cambiaria y las fuertes devaluaciones que encarecieron los productos importados de otros países por la pérdida de poder adquisitivo de las monedas locales.
A pesar de que ver estos países con baja inflación pueda llevarse a la idea de que no se necesita entonces un banco central o que es mejor dolarizar las economías, es importante tener presente, que como en las familias, para cada país la solución es diferente y no hay una fórmula mágica. Los países sin banco central tienen unas condiciones de sus mercados que les permite entrada y salida de divisas de manera masiva, además en su mayoría estos países tienen un sistema monetario privado con alta competencia y como los bancos están conectados con el exterior presta los recursos a otros países o pide prestamos de bancos internacionales si no logran que en su plaza local las tasas sean competitivas.
El caso de Panamá es un ejemplo de este sistema, ya que cuenta con un gran número de entidades financieras (más de 80 bancos), con un sistema monetario privado, libertad para los inversionistas extranjeros, no hay restricciones a los movimientos de capital, las tasas de interés se determinan por el mercado y los dólares que recibe el país provienen del alto flujo comercial y las actividades que el país tiene con el resto del mundo y sobre todo la posición estratégica con el canal de Panamá.
No hay regla general para atacar la inflación. Lo que sí es claro, es que según las características de las economías y de la familia son variadas las medidas que pueden ser efectivas. A algunos les funciona la app, a otros les funciona guardar la tarjeta, a muchos les funcionan las tasas más altas, ¿a usted?