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Hay una versión de Colombia en la que Petro no se junta con lo más malo del Santismo (Roy, Benedetti, Prada), sino con los mejores talentos que el establecimiento colombiano ha producido en los últimos años para lograr transformaciones de largo plazo que no pongan en riesgo ni a las instituciones ni la ya precaria industrialización. Hay una versión de Colombia en la que Federico Gutiérrez va a armar un equipo de trabajo de gente seria que no esté convencida de que sus privilegios de clase son naturales y de que lo mejor que se puede hacer es lo que ya se ha hecho. En esta columna quiero proponer muchos nombres que podrían hacer parte de un gabinete por venir. Algunos son conocidos o amigos. A la mayoría, sin embargo, no los conozco. Todos y todas conformarían un equipo de personas que conocen los temas, y que, si el liderazgo del presidente lo permite, podrían proponer reformas serias y soluciones concretas a los problemas de Colombia.
Para el Ministerio del Interior yo propondría a Carlos Negret, a Carlos Fernando Galán o a Angélica Lozano. Los tres son operadores curtidos que conocen a la clase política. Negret ha sido el mejor Defensor del Pueblo que ha tenido Colombia, Galán ha demostrado ser ecuánime y serio, conciliador y también firme, y Lozano lograría poner en la agenda legislativa los temas que más afectan a las minorías en Colombia. Los tres tenderían puentes entre el centro y el progresismo, o entre el progresismo y la derecha.
En la Cancillería yo pondría a Luis Alberto Moreno, nuestro diplomático más curtido, a Sandra Borda, una experta que ha pensado la situación de Colombia en el continente y en el mundo, o a Gustavo Bell, acaso nuestro mejor vicepresidente y un latinoamericanista convencido de la importancia de la libertad, y que reestablecería puentes con los demás países de América Latina, sin menoscabar las prioridades de Colombia.
Espero que nuestra próxima ministra de Hacienda sea, por fin, una mujer. Podría ser cualquiera de estas cuatro profesionales que conocen el sector como nadie: Carolina Soto, Ana Fernanda Maiguashca, Ximena Cadena o Natalia Salazar. En el DNP pondría, sin duda, a Paula Acosta. Ella también sería una estupenda ministra de Salud o de Hacienda.
En Justicia necesitamos un ministro o una ministra que impulse una reforma ambiciosa que enderece la Rama, acabe el Inpec y reforme el sistema penitenciario. Para eso, sobre todo, se necesita el liderazgo presidencial y de un ministro o una ministra que conozca los temas. A un presidente electo le sugeriría a Luis Guillermo Vélez, Pablo Felipe Robledo o Mónica Cifuentes. De ahí saldrían, también, mis candidatos a Fiscal o a Procurador.
En el Ministerio de Defensa se necesita a alguien que conozca a las fuerzas, pero que no se deje envalentonar por ellas, que tenga un compromiso claro por los Derechos Humanos, y que reconozca los desafíos de seguridad de Colombia, en particular en materia de seguridad urbana. Juan Carlos Restrepo, Mariana Martínez o Jerónimo Castillo serían extraordinarios.
En Agricultura necesitamos a alguien que reconozca la importancia del campo para Colombia, y sus problemas e injusticias. Viniendo de la izquierda o de la derecha, esta persona tiene que haber superado los traumas y las ideologías de la Guerra Fría, y saber que ninguna solución al problema agrario es fácil. Propondría a Ana María Ibáñez (que ojalá sea la próxima rectora de los Andes), a Miguel Samper o a Andrés Felipe García.
A los próximos sólo los voy a listar. Salud: Martha Ospina. Trabajo: Marcela Eslava o Jorge Pinzón. Minas y Energía: José Miguel Mendoza o Sylvia Escovar; Comercio: Roberto Vélez, Mónica Contreras o Camila Escobar Corredor; Educación: Isabel Segovia, Sandra García, Raquel Bernal, o Luz Karime Abadía; Ambiente: Pablo Vieira o Cristián Samper; Vivienda: José Miguel Silva, Sandra Forero, Clemencia Escallón o María Mercedes Jaramillo; TIC: Diego Molano, Diego Santos, o María Carolina Hoyos; Transporte: Enrique Peñalosa, María Consuelo Araujo, o Daniel Gómez Gaviria; Cultura: Federico Díaz-Granados o Carmen Millán; Ciencia: Silvia Restrepo o Alfonso Reyes; Deporte: Carlos González Puche.
Finalmente, creo que Colombia necesita de nuevo a un gran alto comisionado para la paz, que tenga el apoyo del Presidente: Joshua Mitrotti, Elena Ambrosi, Jorge Mario Eastman o Emilio Archila cumplirían ese rol.
Este es solo un ejemplo del tipo de gabinete que necesita Colombia. Más importante que los nombres es el talante y la preparación de las personas que se requieren. Sin embargo, aún más importante que esto, será el liderazgo del nuevo presidente y la voluntad transformadora del Congreso.
P.D: A la Quinta de San Pedro Alejandrino se la está comiendo la maleza y el descuido. Nuestro monumento republicano más bello -ese monumento a la renuncia- se va a caer, y habrá que rehacerlo.