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Lograr una aviación más sostenible es un objetivo general de todas las grandes aerolíneas en el mundo, incluida Avianca. Es claro que esta industria genera cerca de 3% del total de emisiones globales y por eso, además de los esfuerzos sectoriales a nivel nacional, continental y mundial, son críticas las acciones que cada aerolínea consolide de cara al presente y a los próximos años.
En el caso de Avianca, el propósito es ser una compañía sostenible desde la visión misma de negocio y teniendo como vehículo de desarrollo ambiental, social y económico su propia esencia: el servicio del transporte aéreo comercial.
Es por eso que, proyectos estructurales como la reconfiguración de cabinas -que permite ofrecer 20% más capacidad por avión y reducir hasta 13% la huella por cliente transportado- marcan la diferencia. A ello se suman las estrategias de conservación de combustible, las más de 24 iniciativas de eficiencia en el consumo, y el seguir formando parte del Carbon Disclosure Project (CDP) participando en el enfoque de “Cambio climático”. En 2021, Avianca obtuvo una calificación B, ubicándose en un nivel de gestión que supera la puntuación promedio del sector aéreo a nivel mundial y siendo la única aerolínea en América Latina que obtiene esta clasificación. De igual manera, en 2021, se compensaron 546.302 toneladas de CO2 por medio de la compra de créditos de carbono, correspondientes a 91,6% del total de las emisiones generadas por la operación doméstica de Colombia -Avianca, Tampa y Express-. La compra de estos créditos se realizó en proyectos de reforestación y restauración de bosques.
A lo anterior también se suma la compra de 88 nuevos aviones Airbus 320neo que se incorporarán entre 2025 y 2031 a la flota de Avianca. Una verdadera apuesta por la sostenibilidad. La eficiencia de esta flota permite reducir hasta 900 toneladas de CO2 al año por avión y utilizar hasta un 20% menos de combustible por aeronave. De hecho, hoy la flota de Avianca es una de las más jóvenes de la región y está calificada en etapa 4 de ruido: los aviones más silenciosos del mundo.
Todo esto desde la operación misma: volar. Pero en tierra igualmente pasan cosas. Las nuevas tecnologías, y la sensibilización de colaboradores y clientes frente a los temas ambientales también suman. Por ejemplo, el año pasado, 80% de residuos peligrosos de la compañía fueron enviados a procesos de valorización y se logró el aprovechamiento de más de 240 toneladas de residuos no peligrosos. El uso de tablets para reemplazar los manuales de papel de los pilotos y la flexibilidad del trabajo en casa -que ya existía prepandemia-, representaron un menor uso de este material en la operación y los procesos administrativos. También de cara a cliente, herramientas como los kioscos de check-in digital y el autoservicio de equipaje self baggage drop crecieron 400% y 500%, respectivamente.
Incluso, este año, en alianza con la compañía de tecnología climática Chooose, Avianca se convirtió en una de las aerolíneas pioneras en poner a disposición de sus colaboradores y clientes una plataforma de compensación voluntaria de la huella de carbono.