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Analistas 30/05/2024

Ingenuos

Andrés Otero Leongómez
Consultor en Investigaciones e Inteligencia Corporativa

Finalmente, el Pacto Histórico ha empezado a destapar sus cartas sobre la intención del presidente Petro de buscar su reelección para perpetuarse en el poder, como lo hicieron muchos de sus pares en la región. No hay que ser científico de la Nasa para pronosticar lo que se nos viene. Tampoco se trata de vender miedo, generar pánico o pretender que la gente deje todo atrás, empaquen sus maletas y se vengan a Miami. Petro es de todo menos mentiroso y está cumpliendo con su palabra. Por eso, no entiendo a los ingenuos que todavía creen en sus buenas intenciones y le dan el beneficio de la duda.

Muchos de quienes lo apoyaron lo hicieron o por razones ideológicas -o por su odio visceral al expresidente Uribe-, sin importarles el riesgo que realmente representaba. Justificaron su decisión bajo el argumento que Rodolfo hubiese sido mucho peor. Utilizando la reciente respuesta de William Barr, exfiscal general de Estados Unidos, sobre las futuras elecciones en su país, votar por Trump (Rodolfo), es escoger al candidato que está jugando a la ‘ruleta rusa’. Votar por Biden (Petro), es elegir al candidato que seguro se va pegar el tiro.

Por eso, no hay excusa para que personajes de la talla de Santos, Gaviria, De la Calle, Claudia López y muchos otros, que lo apoyaron y le vendieron al país la idea que era un demócrata -o una explosión controlada-, ahora se estén rasgando las vestiduras sobre una posible ruptura constitucional. Fueron ellos quienes como gobernantes crearon las condiciones para que Petro llegara al poder. Y todo el mundo tiene derecho de arrepentirse, ni más faltaba, pero no pueden ahora lavarse las manos y dejar de asumir su responsabilidad.

Petro usará la misma excusa que usaron Gaviria en el 91 y Santos en 2016, para pasarse la Constitución por la faja. Lo tienen sin cuidado los requisitos que establece la Constitución, como leyes, tiempos, debates y mayorías en dos cámaras, censó electoral, y control de constitucionalidad. Apelará a la voz del pueblo para sacarse una constituyente del sombrero.

Combinará todas las formas de lucha para lograrlo. Invocará el ‘articulito’ de los Acuerdos de la Habana; decretará la emergencia económica y social; corromperá conciencias para obtener mayorías en el congreso; entregará subsidios a los más pobres, patrocinará ollas comunitarias y fomentará redes de milicias urbanas para ganarse el respaldo popular; generará un autogolpe; o acudirá a sus socios del narcotráfico y de la primera línea para incendiar el país. Todas cosas que ya ha intentado con éxito en el pasado y lo cual le garantizaron la presidencia.

Es importante entender que Gustavo Petro no es un personaje como cualquier otro. Hasta el hombre más malo de la historia de Colombia, Pablo Escobar, se hizo matar por proteger a sus hijos. En cambio, nuestro primer sin vergüenza no dudó un segundo en tirar a su hijo debajo del bus con tal de salvarse él mismo. Con el argumento de “yo no lo crie”, actuó como muchos padres desnaturalizados que abandonan a sus hijos, no contribuyen para su manutención, y dejan a miles de madres cabeza de familia viviendo del rebusqué para sacar a sus hijos adelante. Ahí se ve la calaña de personaje que es.

Por eso, no podemos ser ingenuos y creer que este señor va a terminar su mandato y se va a marchar con el rabo entre las piernas para su casa, no sin antes intentar una retoma del Palacio….de Nariño.

Adenda: Carito me habla en Inglés -Happy b-day!

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